COB y Gobierno en un verso de cada año
La Central Obrera Boliviana (COB), como cada año, solicitó en esta gestión al Gobierno un incremento salarial de 15 a 20 por ciento. Además, demanda la reactivación del aparato productivo en el país con el propósito de generar fuentes de trabajo y es justamente este último tema el menos tratado a comparación del otro.
Históricamente la generación de riquezas en nuestro país gira en torno a “productos tradicionales” o extractivos que son minerales y recursos hidrocarburíferos, dependientes de los precios internacionales que suben y bajan. Según el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), las ventas externas de estos productos en enero de 2016 sumaron 413 millones de dólares, registrando una caída del 38 por ciento en valor, que significó 255 millones de dólares menos con relación al mismo mes de 2015.
Entonces, cuando la COB demanda la reactivación del aparato productivo debe referirse sobre todo a los “productos no tradicionales”, es decir, de aquellos productos que requieren un tratamiento más complejo, por ejemplo, de convertir el durazno en mermelada que implica darle un valor agregado e involucra más mano de obra que conlleva a la generación de industrias y por defecto a la generación de empleos. El mismo informe del IBCE muestra que estos productos “no tradicionales” alcanzaron a 99 millones de dólares en enero de 2016, pero cayó en un 22 por ciento en valor, que significó 28 millones de dólares menos en comparación con el mismo periodo de 2015. Pero en definitiva son 314 millones de dólares más que generan los “productos tradicionales” sobre los “productos no tradicionales”.
Ya se dijo en su momento que el excedente generado por la venta de estos recursos hidrocarburíferos iría para la creación de más industrias. Sin embargo, pareciera no cumplirse este hecho ya que no sólo se trata de apoyar a las empresas estatales o a los empresarios privados, sino de generar nuevas empresas apostando a la vocación productiva de cada región, a los pequeños productores que demandan carreteras, apoyo económico, flexibilidad en el tema impositivo y sobre todo apoyo técnico. Además de avizorar nuevos mercados, de ver cómo ser más competitivos y buscar otros mecanismos en la lucha contra el contrabando.
Son estos temas y más que deberían ser tratados en las reuniones entre la COB y Gobierno, con la participación de especialistas en temas de reactivación productiva haciendo énfasis a los “productos no tradicionales”. La falta de oportunidades de trabajo hizo que los comerciantes informales crezcan y sean mucho más que los trabajadores asalariados. Es cierto que la responsabilidad cae sobre el Gobierno respecto a este tema, pero también es de la parte demandante (COB), para que el mismo sea tocado con seriedad y sea parte de la agenda nacional. Sin duda es el tema de fondo, el más relevante, porque nos llevaría a pensar en la diversificación productiva y por ende a la generación de empleos. No obstante, estas ideas sólo quedan en versos porque los protagonistas, al parecer, no pudieron articularlas en una verdadera propuesta.
El autor es politólogo.
Columnas de HUMBER VELASQUEZ TORRICO