Un fracaso más
Personalmente, he tenido la satisfacción de que muchos postulados que he propuesto en estos artículos han terminado siendo aceptados. Indudablemente que las ideas no han sido mías en particular, sino que han estado en el ambiente y han sido expuestas por otros.
Entre los postulados aceptados, tenemos ahora la despenalización del aborto. Ésta es una política mundial, así que no es nada original que se establezca en nuestro país. Pero lo que es interesante es que se esté aceptando en base a un postulado teórico, sosteniéndose claramente que hay una diferencia entre un embrión y un feto. Un óvulo humano, así como los sinnúmeros espermatozoides, son seres humanos en potencia. Pero mientras el óvulo no sea fecundado por uno de los muchos miles de espermatozoides que lo cortejen, sigue sin ser nada más que una posibilidad, como muchas otras. Con un óvulo fecundado se inicia la gestación. Pero el óvulo fecundado y la subdivisión celular que sobreviene, no es más que el inicio de una gestación, sin que sea propiamente un ser humano. Del mismo modo, un embrión es un ser humano potencial, pero nada más. Recién cuando se desarrolla un feto hay un ser humano.
Pensar que los métodos anticonceptivos son contranatura es justamente un pensamiento contranatura. Pero éste no es el artículo para exponer eso, como lo hice anteriormente. Lo importante es que si se sospecha que pudo haber una fertilización del óvulo no deseada, debe ponerse al alcance en los dispensarios de salud la pastilla para “el día después”, que al fin de cuentas no es más que un anticonceptivo. En el primer mes de embarazo, el aborto del embrión no debe ser mayor problema. La implantación de esta política sanitaria ya está en camino y por estas buenas razones.
En lo que siento haber fracasado es en el asunto del Tipnis. Y no soy el único que habría fracasado. Ahora la Comisión Sexta de la Asamblea Legislativa de Cochabamba, que ni más ni menos se denomina “de la Madre Tierra y Medio Ambiente”, apoya el “desarrollo” del parque Isiboro-Sécure y de paso de los pueblos originarios que lo habitan. Esto dentro de la campaña de colonialismo interno en el país.
Lo grave es que no se trata simplemente de una política del actual Gobierno, sino que es una política a largo plazo en nuestra sociedad. El colonialismo es apoyado por las mayorías. Y más grave aún, parece que eso viene desde la prehistoria. Primero los Homo sapiens acabaron con la humanidad más antigua, simplemente porque eran más numerosos. Luego, dentro de los mismos sapiens, los agricultores se apoderaron de las tierras de los cazadores. Luego los agricultores con culturas más evolucionadas conquistaron las tierras de pueblos con tecnologías menos desarrolladas; de eso se trató la conquista de América. Ahora, en nuestro país se “desarrolla” las tierras de los pueblos originarios, para despojárselas. Eso se “consensa”, se coacciona. Puro colonialismo. ¿No puede nuestro país dar un ejemplo dentro de la barbarie de nuestra subespecie humana, la de los sapiens, privándose de asolar toda la tierra y arrebatársela a los originarios?
El autor es escritor
Columnas de BERNARDO ELLEFSEN