El extravío de la Defensoría del Pueblo
Como se temió desde que las autoridades de Gobierno y dirigentes del MAS decidieron elegir como titular de la Defensoría del Pueblo a un ciudadano identificado con ellos, está en desarrollo un proceso de deslegitimación de esta entidad que tanto costó crear en el país y que tanto aportó a la defensa de la ciudadanía frente al Estado y servicios públicos administrados en forma privada, y la difusión consecuente de los derechos humanos.
Hoy, como se puede observar en las actitudes del Defensor del Pueblo y muchos de sus delegados departamentales, se está convirtiendo a la institución en un instrumento más de apoyo al Órgano Ejecutivo. Así lo demuestran acciones como persuadir a los discapacitados a abandonar su movilización, rechazar la presentación de una demanda de los cocaleros de Yungas en contra de la Ley de la Coca, presentar una demanda de acción popular en contra del Colegio Médico en el conflicto que mantiene con el Gobierno cuando por fin se instaló una mesa de diálogo (y no adoptar ninguna iniciativa en contra del paro de los transportistas en La Paz en el que además se ha aplicado castigo corporal a alguna gente), exigir, infructuosamente, explicaciones a un medio de comunicación por realizar una encuesta en su página web consultando a la gente si estaba de acuerdo o no con las acciones que el Defensor realiza respecto a los nueve connacionales detenidos en Chile, por citar sólo algunos ejemplos de la sumisión del Defensor a los dictámenes del Gobierno central.
Lamentable destino de una entidad que, con apego a principios y valor frente al poder arbitrario, cosechó el apoyo militante de la ciudadanía…