Grupo Gloria comercializa engañosamente productos no lácteos
En días pasados me llamó la atención la decisión del Gobierno de Panamá de prohibir la importación de la bebida de la marca Pura Vida, por no ser leche, tal como insinúa en su etiqueta, que tiene dibujada una vaca en medio de un campo de pastoreo con más vacas en el fondo.
La medida proviene del análisis realizado por el Departamento de Protección de Alimentos (DEPA), del Ministerio de Salud de Panamá que concluyó que dicho producto “no cumple con la norma CodexStan1-1985 (norma general para etiquetado de alimentos preenvasados), ni con su normativa nacional. La medida fue refrendada por la Aupsa (Autoridad Panameña de Seguridad de Alimentos) que también afirmó que la marca Pura Vida sugiere que la bebida contiene leche y no es así.
En un principio el poderoso Grupo Gloria trató de defender y justificar su engaño, pero tuvo que ceder ante la evidencia científica y normativa expuesta por el Gobierno panameño, cuyo accionar viene llamando la atención de otros Gobiernos de la región. Al final los de Gloria aceptaron cambiar la etiqueta, evitando toda mención a la leche y cambiando las palabras “leche modificada” por “alimento evaporado”.
La repercusión de lo obrado en Panamá no se dejó esperar en el Perú, donde Gloria tiene la base de su emporio. Los peruanos aducen que de acuerdo a su Norma Técnica sobre “Leche y Productos Lácteos. Definiciones y Clasificación” (NTP Nro. 202.085.2006) y de acuerdo al “Códex Alimentarius”, sólo puede denominarse leche a la secreción mamaria normal de animales lecheros obtenido mediante ordeño. En otras palabras, la leche proviene únicamente de la ubre de un animal, en tanto que la bebida que se está comercializando tiene otros elementos en su elaboración, por lo que no se puede promocionar como leche evaporada.
Las empresas competidoras se han sumado a la denuncia, calificando al accionar de Gloria como de competencia desleal por basarse, además de lo indicado, en publicidad comercial engañosa.
En ambos países se han sumado, también, las asociaciones de consumidores y usuarios; las defensorías de los habitantes y organizaciones profesionales. La asociación de consumidores del Perú ha ampliado su investigación a otras empresas, lo que le ha hecho incluir en su denuncia a “Reina del Campo” de Nestlé, por no cumplimiento de la legislación nacional, razón por la que no pueden ser comercializadas en Perú bajo la denominación de “leche evaporada”, por contener otros compuestos como “leche de soya”, “saborizantes” o “aceite vegetal”. Según la Norma Técnica Peruana “leche evaporada” es el producto obtenido mediante eliminación parcial del agua de la leche sea por el calor o por cualquier otro procedimiento que permita obtener un alimento con la misma composición y características.
Estas instituciones, al comprobar que este tipo de productos son un engaño y violan el Código de Protección al Consumidor, están solicitando una sanción ejemplar para las empresas sindicadas y su retiro del mercado.
En Bolivia la situación puede verse más complicada, primero por la falta de un buen sistema de protección de alimentos, que incluya el control y revisión del etiquetado de manera eficaz y, segundo, por el abuso de estas empresas grandes que se concentran más en sus réditos, en la comercialización de productos importados más que en la producción de calidad de productos lácteos nacionales. Ya llamó la atención, en los últimos años, los bajos precios alcanzados por la leche, con el consiguiente perjuicio de los productores. Pareciera lógico que la utilización de productos vegetales para suplir a los componentes de la leche produce mayores ganancias, todo a costa de engañar al consumidor.
Hemos revisado la existencia del producto Pura Vida en tiendas y supermercados y encontramos las mismas características que las denunciadas en Panamá y Perú. Es producido por Gloria en Arequipa y es importado por PIL Andina. Se comercializa con la foto de una inocente vaquita, y con el enunciado en letra pequeña de “Alimento Lácteo Evaporado”. Entre sus componentes dice contener leche descremada, suero de mantequilla en polvo, Maltodextrina, grasa vegetal, sal, Vitaminas A y D, emulsificante (SIN 322), estabilizantes (SIN 229ii) (SIN 407), colorante (SIN 160b ii), y esencia artificial de leche. Toda una fórmula compleja para reemplazar a lo que sería una simple leche deshidratada.
Las autoridades de salud y de control sanitario debieran tomar, a partir de este caso, las riendas del asunto, aplicando las normas de la leche y derivados para evitar situaciones engañosas como la denunciada con este producto. No podemos llamarlo ni hacer creer que es leche, cuando su naturaleza ha sido profundamente alterada.
Es una buena oportunidad para pensar en el mejoramiento de nuestra normativa de etiquetado y de educación de nuestros usuarios en la lectura de las etiquetas y su contenido. Todavía pensamos que todo lo que viene enlatado es lo mejor y más sofisticado. Pero por lo visto, ningún sustituto será mejor que la leche natural, así como ningún sustituto pudo reemplazar a la leche materna.
El autor es médico salubrista