“Reconfiguración” de la literatura boliviana
En el 8vo. Foro de Escritores Bolivianos, el término “reconfiguración” tal vez se refiera al contexto socioeconómico, político y cultural del país en los últimos 10 años; éste sí se ha reconfigurado. Hay nuevos actores al frente del gobierno; se suplantó la república con un ficticio Estado Plurinacional; el núcleo del poder está ahora en el Chapare. En pos de diálogo se ha ido tan lejos, hasta Holanda. En lo cultural han desaparecido casi todos los suplementos literarios. ¿O se habrán convertido en digitales? Mirando hacia fuera, estamos ante la inminente hecatombe nuclear. Al mando de la primera potencia, el imprevisible Trump ha pateado el tablero del mundo. La tecnología electrónica ha borrado fronteras y ha dejado como una epidemia la adicción a los celulares. En visión sintética, “esito sería” lo que tienen como marco referencial los escritores. ¿Cuánto y cómo se refleja eso en sus obras?
En Bolivia, más que en cualquier parte –y por varias razones– no debe ser fácil reunirlos. Por eso tienen singular importancia los foros. El público asiste con expectativa. ¿Qué piensan de esto o de aquello los intelectuales? Su palabra puede ser una referencia valiosa. Es sabido que lo que varía de una época a otra es la sensibilidad, y con mayor relevancia en los artistas. La 8va. versión del foro congregó a escritores jóvenes; en promedio, excepto una señora, de alrededor de 35 años. Están en la plenitud de su fuerza y de su talento. Serán los nuevos guías; hay derecho a exigirles. Están construyendo el techo literario de este tiempo. Su relación con la vida y con la historia es la fuente matriz de su creatividad. La democracia, los derechos humanos y la libertad de expresión, su agenda combativa.
De manera dispar, todos se refirieron de algún modo al tema propuesto. Más que reconfiguración es diversificación de la literatura, dijo Barahona. El “no – respuesta” estimula la creatividad, según Urquiola. De la “literatura experimental”, habló Calatayud. El revólver de Holmes estuvo presente, como metáfora, con Gutiérrez; y la cartografía le sirvió a Antezana para referirse a la reconfiguración como un proceso. Dos apuntes más: vinieron con el último libro publicado en la mano. Y pese a su juventud, tienen un récord de lauros impresionante.
Conforme al reglamento, sólo media hora utilizó cada disertante: 15 minutos para exponer y otros 15 para el intercambio con el público. (Quien no puede condensar su ponencia en ese tiempo, no lo podrá hacer ni en dos horas). Luego, tomó la palabra un crítico conocido para efectuar en 10 minutos su comentario razonado. Se concedió un tiempo adicional para el debate entre los ponentes o de éstos con el público. De cada ponencia se entregó a los asistentes, al final, un resumen ejecutivo de media página. Nadie leyó su trabajo. La gente quiere ver la personalidad en acción; la lectura puede hacerlo cualquiera…
Corte, corte. Mejor dicho, despierta: la realidad no es así.
El autor es escritor, miembro del PEN Bolivia.
Columnas de DEMETRIO REYNOLDS