Los colectivos chavistas y las milicias masistas
¿Y los militares, a todo esto? ¡Mejor que nunca! (...) Y, risiblemente, se les hace gritar “¡Patria o muerte!”
En Venezuela, como todo el mundo lo sabe y se ha visto mil veces, como se ha filmado en decenas de ocasiones, los asesinatos selectivos cometidos contra la población están a cargo de los denominados “colectivos chavistas”. Pequeños grupos de asesinos que se dispersan en motos y armados, cometiendo homicidios puntuales y calculados, así como los jóvenes asesinados tampoco cayeron simplemente al calor de la refriega. Son disparos de precisión que requieren de asesinos altamente entrenados (venezolanos entrenados en Cuba o directamente agentes cubanos). Se trata de poner de rodillas al pueblo venezolano a punta de asesinatos. En cuenta gotas, selectivos, precisos, imparables. Tal como lo señala Elizabeth Burgos, venezolana que entiende perfectamente el tema (http://prodavinci.com/2017/07/30/actualidad/elizabeth-burgos-los-cubanos...), los militares ya fueron coimeados, corrompidos, neutralizados. Se quedan y se quedarán quietos mientras los asesinatos están a cargo de civiles. Receta cubana, cuenta Burgos: lo mismo hicieron en la isla con sus milicos: atosigarlos de prebendas.
Evo Morales, que adora los dictadores sangrientos, aplaude los asesinatos de Maduro. A la hora de tocar el tema, sus alucinaciones arrecian a la medida de sus enormes limitaciones intelectuales y morales: que son quién sabe qué “derecha”, quien sabe qué “imperialismo” los culpables…
Pero la cosa no se queda ahí y no se limita al descarado apoyo a los crímenes de lesa humanidad cometidos por Maduro y los cubanos. Ese apoyo, más bien, va acompañado de hechos concretos y que ya debieran ir asustándonos a los bolivianos.
El más preocupante, anunciado hace poco y llevado a cabo este pasado lunes: la creación de milicias armadas masistas. El nivel de delirio absoluto al que llegan algunos no tiene límites. Véanse las palabras del alucinado ministro Reymi Ferreira, turbias entre todas: “Hemos cambiado, de la estructura rígida y móvil, a la estructura de la guerra popular de todo el pueblo, que implica que ante cualquier agresión que sufra el país, en lugar de la guerra convencional, vamos a actuar la guerra de acción prolongada..”. ¿En qué guerras delira este personaje? ¿Piensa en guerras con Chile, con Estados Unidos? (Si algún militar de esos países escuchó esas palabras, comprensiblemente habrá irrumpido en sonoras carcajadas). O tal vez nadie es tan tonto y están pensando en otros enemigos y otras guerras, a saber: escaramuzas contra la oposición o quienes se opongan ante la toma definitiva del poder o a lo que les venga en gana. Así, haciéndose a los desentendidos, podrán despachar, donde y cuando les parezca, unas camionadas de Ponchos Rojos armados (y espontáneos, por supuesto).
Seguramente ya es improbable, a estas alturas, que la oposición a la devastación del Tipnis llegue a plasmarse en una gran marcha, como hace unos años. Y si por milagro lograra formarse una, digámoslo hipotéticamente… pues ahí entrarían en juego las milicias masistas armadas.
Álvaro García ya nos dio un pequeño adelanto de escenarios semejantes: hace poco, en efecto, azuzó a los Ponchos Rojos contra todos quienes nos oponemos a las represas salvajes con que quieren aniquilar la Amazonía y miserabilizar a los pueblos indígenas.
¿Y los militares, a todo esto? ¡Mejor que nunca! Se les regala caballos de pura sangre, autazos, sueldazos, condominios, más cuarteles, más armas -aparte de ir poniendo al mando a quienes les da la gana Y, risiblemente, se les hace gritar “¡Patria o muerte!”. Hagan lo que hagan, en todo caso, ya no tendrán que estar temiendo ningún golpe de Estado. Los cuarteles en el bolsillo.
Y en estos escenarios tan terroríficos ¿por qué mandaron a Cuba al tenebroso ministro Quintana, que tan útil se hacía aquí a la hora de tropelías y desmanes? ¿Qué está aprendiendo, qué ajedreces va imaginando con los mayores expertos del mundo en represión y mantenimiento del poder?
Y a todo esto, Maduro y los colectivos chavistas siguen cometiendo asesinatos contra la población. ¿Será también ése el sueño de las milicias masistas armadas?
El autor es escritor.
Columnas de JUAN CRISTÓBAL MAC LEAN E.