¿Con qué se come el Moody’s?
Fue la respuesta de un colega economista cuando pregunté qué le parecía la calificación que recibió Bolivia de Moody’s.
Moody’s no es una comida exótica ni un nuevo producto, la agencia Moody’s es la más prestigiosa calificadora de riesgo crediticia de nivel internacional, que entre sus principales funciones es la de establecer calificaciones (mediante un sistema alfanumérico), con la finalidad de que estas calificaciones proporcionen a los inversores un sistema de calificación crediticia.
El 1 de agosto la mencionada agencia publicó sus calificaciones, entre las que ratifica a Bolivia con un Ba3. ¿Qué significa esta mejora?; según la página web de esta agencia (www.moodys.com), el fuerte crecimiento económico, impulsado por elevadas inversiones en el sector público, los colchones fiscales y externos permiten a Bolivia mantener una fortaleza económica relativa, la deuda pública comparada con los países y con el PIB es baja; el impacto de la reducción de los precios internacionales de las materias primas fue mínima, lo cual demuestra una política económica sólida.
Las variables económicas destacadas por la agencia Moody’s, son observadas y medidas en un periodo de tiempo que generalmente es de 10 años, la mejora de nuestra calificación se dio por los datos observados en las gestiones 2006 a 2016 y de mantener el mismo ritmo en nuestra política económica no tendremos problemas económicos serios, paralelamente nuestra capacidad de pago para gestionar créditos internacionales estará en un nivel aceptable.
Del 1 de agosto a la fecha ningún analista económico se pronunció sobre esta calificación, pareciera que nuestros “analistas” están dedicados a resaltar variables económicas sueltas para alarmar a los agentes económicos (ciudadanía) al indicar que la reducción de nuestras reservas internacionales es uno de los síntomas de la crisis, que el déficit fiscal, así como la disminución de los precios internacionales de las materias primas nos conducirán al descalabro económico.
También centralizan sus críticas en analizar proyectos “innecesarios” como los campos deportivos, mercados municipales (que supuestamente no son utilizados y olvidando que son solicitados por los municipios beneficiados), pero no hacen ningún análisis por ejemplo de cuántos caminos nuevos se hicieron, cuántos existentes se asfaltaron, mucho menos analizan la implementación de nuevas formas de generación de energías para su posterior exportación, lo cual ven como un sueño irrealizable, ignorando que países y organismos internacionales ofrecen recursos para innovaciones energéticas y tecnológicas cuando agencias como Moody’s nos sitúa como una economía “aceptable” con respaldos económicos sólidos.
Algunos analistas pretenden crear confusión e incertidumbre en las decisiones económicas que tomamos a diario, las conclusiones de sus análisis (que generalmente pronostican una crisis tan añorada) se basan en variables sueltas sin considerar a la economía como un sistema integrado, los datos de organismos y agencias que muestran una economía sólida que está lejos de una crisis y en muchos casos que contradicen las conclusiones de estos analistas.
El autor es economista
Columnas de MIGUEL ANGEL MARAÑON URQUIDI