Emergencias a rajatabla
El empecinamiento de construir la carretera por el centro del Tipnis generó bastante polémica; diversas opiniones corrieron por la prensa; pero tal vez la más relevante sea la del sacerdote jesuita Xavier Albó.
En la semana anterior, varios hechos sacudieron el mundo. Algunos de origen local son dignos de figurar en esa lista. El tiempo avanza inexorablemente, mas no todo lo que viene con él es loable. En muchas cosas hay retrocesos y estancamientos. El que ya no se vea la estampa del aborigen primitivo no significa que el género humano haya cambiado también por dentro. De ese fondo salen decisiones que no condicen con la modernidad, a veces ni con la razón elemental.
Esta es una sucinta relación de algunos.
La desconcertante noticia es que los últimos atentados terroristas ocurrieron en España y Rusia, lo cual demuestra que el motivo no es ideológico; parece que fuera más bien la continuidad de otra emergencia. Como se recordará, hace casi exactamente 17 años, al iniciarse el milenio, empezó la arremetida del terrorismo. “El sueño americano cayó y Bin Laden es una pesadilla oculta”. En 2001 aviones secuestrados en el aire redujeron a cenizas las torres del World Trade Center de Nueva York. Lo asombroso hoy es la inerme impotencia de los países damnificados. El desafío es encontrar respuesta adecuada a ese nuevo estilo de guerra. Por ahora sólo se llora y se entierra a los muertos.
También hay beligerancias en Latinoamérica. Un caso estridente es el de Venezuela. ¿Falta mucho para que de puro maduro caiga el tirano? Los caudillos de la ALBA hasta tienen una suerte asombrosa. Trump, al comentar la situación dijo que ninguna opción –ni siquiera la intervención militar– estaba descartada, lo cual motivó el desacuerdo de varios países y significó apoyo indirecto para Maduro. En 2003, el presidente Sánchez de Lozada ordenó que se despejara la ruta para proveer de combustible a La Paz, que ya estaba paralizada. En dicha acción hubo alrededor de 60 muertos. ¡Un genocidio! Lo de Maduro, con más de 120, ¿cómo se llamaría? ¿Depende de quién los ordene?
En Bolivia, a la usanza de los usos y costumbres, se realizó en estos días el “segundo tiempo” de Chaparina; obviamente, bajo otras condiciones y otras circunstancias. Esta vez no hubo canciller que actuara como secuestrado ni se rompió ninguna cadena de mando; tampoco nadie planeó la represión contra los indígenas. Se procedió con más astucia. Los espejitos del soborno y la fórmula de dividir para reinar, dieron buen resultado. Las otras cosas como la de sustituir una ley por otra, no demandó gran esfuerzo. Una vez definida la consigna, arriba las manos y punto. Se dijo que se suprimía la intangibilidad del Tipnis justamente para protegerlo. Eso es como “me pega porque me quiere”.
El empecinamiento de construir la carretera por el centro del Tipnis generó bastante polémica; diversas opiniones corrieron por la prensa; pero tal vez la más relevante sea la del sacerdote jesuita Xavier Albó, quien era en otro tiempo el más entusiasta apologista del cocalero. Al referirse a las justificaciones del oficialismo, dijo: “Dórenlo como quieran, pero la carretera es igual a más coca”.
El autor es escritor, miembro del PEN Bolivia.
Columnas de DEMETRIO REYNOLDS