Trastada tras trastada
Tomando un café con un grupo de “condis”, como mi hija menor llama a mis condiscípulos de colegio, conté del martilleo en una “garçonnière” para otra hija. Uno conocido por socarrona chispa, me dijo “a sottovoce” que no expresara la nueva en francés, que los burros no entenderían la letra “c” con cedilla. Ahora llamo “garconier” al apartamentito. Sin embargo, en las líneas previas una abreviación, un vocablo galo, otra palabra en italiano y una ocurrencia mía quizá evidencian mi rebuscamiento. Se me ocurrió entonces tocar de pasada los papos del demagogo que nos gobierna y los adulones que le rodean, que hace verdad que somos un folklórico país (Paulovich dixit), que yo llamo de obtusos así incurra en la rabia de alguno por mi hiriente ironía.
Mi sardonia cambió a una faz sonriente al sopesar el desfalco en el Banco Unión. Uno dijo que la suma robada es poca cosa, un “insignificante” porcentaje de montos que maneja, “por decreto”, la otrora entidad financiera de otros vivillos que Evo Morales llamaba “neoliberales”. Se pasan la pelota jueces y fiscales tal vez corruptos, demostrando que el mal es capitalista o socialista, ateo o beato. Filtraron que el buraco en el Banco estatal llega casi a 290 millones de bolivianos, más de 41 millones de dólares. Como siempre, el Gobierno empezó por empequeñecer el delito ante rastreos de sabuesos periodistas y luego marear la perdiz con la amante argentina y los lujos del ladrón. ¿Será que algún capo tenía la batuta, o dirigía el dedo autocrático? Pondero si es casual que haya pícaros en el Banco Unión (gobiernista), y el Prodem (quizá del oficialismo venezolano). ¿Y la ASFI?, bien gracias.
Al lodo del Banco Unión aún sin escarbar su verdadera hediondez, se sumaron dos casos más de corrupción, ¿ya van cuántos? Un militar fue detenido “preventivamente” por desfalcar 3,5 millones de bolivianos en el Ministerio de Defensa. ¿Habría tomado nota de banderas bolivianas en alta mar, vendidas por un país al que le robaron el mar, pero que tiene una gran flota mercante?, ¿lo motivarían negociados de otros al construir una escuela naval en un reservorio lodoso de poca agua una represa construida por México? En la Empresa de Apoyo a la Producción de Alimentos (Emapa), seis piolas vendían maíz a precio preferencial a empresas fantasmas.
No pude evitar reír al escuchar de la inocencia por “falta de pruebas” en Santa Cruz de la Sierra, de un “narco” de buen prontuario y buena estirpe en el “negocio”. Le habían agarrado en Brasil con casi media tonelada de la blanca, luego de que por previos pecadillos de la misma especialidad en la capital cruceña fuera liberado de culpa y pena de indicios malosos. La risa se volvió carcajada con la nota de una beniana platinada, quizá com seus íntimos pretos, urdiendo otra sinrazón adulona para la inconstitucional prórroga de un aspirante a mandamás vitalicio. Al paso que vamos, el sátiro argüiría que the devil made me do it (el diablo me hizo hacerlo) y quizá urdirán que Evo no conocía a Gabriela y se evitaría un delito al re-re-reelegirlo porque si no se retiraría a su chaco con una quinceañera. Evocó un sesgo de justicia texana del pasado, que juzgaba probado el adulterio o el sexo con menores de edad, sólo si un hilo transversal se trancaba entre los cuerpos de los dos amantes.
El litio del Salar de Uyuni puede ser otra mamada como la del hierro del Mutún, dice un amigo. Que Evo Morales declarara en Santa Cruz de la Sierra que al consolidar la industria del litio, nuestro país “mandará” en el mundo, fue otra ilusoria bocanada de aire caliente como aquella de convertir a Bolivia en “centro energético del continente” en base al gas natural. Ya van dos vellocinos de oro: el hierro y el gas natural. Pronto serán tres con el litio, y los bolivianos seguiremos con la boca abierta inspirando papos, sapos y gazapos del falso erudito con una veintena de doctorados “honoris causa” y sus rastreros llunq’us.
Concuerdo con uno que se confiesa liberal, aunque siendo wilstermanista salgo a contrapelo de que sea paceño y stronguista, cuando dice: “Señores del Gobierno, ya sabemos de memoria que los de antes fueron una podredumbre… Pero eso no les da justificativo para ser iguales o peores, no los exime de culpa, no los hace inmunes a la crítica… En esto doce años de gobierno, es increíble el enorme parecido que han adquirido con los gobiernos del pasado”. Tal vez los maestros “blancoides” fueron superados por los pupilos “originarios”.
El autor es antropólogo
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