Venezuela y la desesperanza
Es muy difícil explicar cómo se mantiene en el ejercicio del poder la cúpula militar-familiar que gobierna Venezuela que ha conducido a ese país a probablemente la más profunda crisis estructural de su historia.
No se trata sólo de una casta de gobernantes inescrupulosos que han cooptado/comprado a las instituciones de fuerza, organizado grupos paramilitares, aplicado una represión sistemática y ejecutado sistemáticas políticas de desarticulación de la oposición y de la sociedad civil, ni de que la corrupción haya invadido todo el aparato estatal y que la economía llegado a niveles tales que hoy enfrenta un “default”.
A todo ello se debe añadir el estado de emergencia humanitaria pues amplios sectores de la población, especialmente la niñez, se está muriendo de hambre y no tiene acceso a básicos medicamentos. Además, la ayuda internacional no puede hacer llegar su aporte porque los gobernantes prohíben una distribución directa y toda donación debe ser administrada por el Estado, pese a que se han dado innumerables casos de corrupción.
En ese escenario, al exilio político se suma el exilio económico. Cientos de miles de ciudadanos han emigrado, incluso a nuestro país, en busca de mejores condiciones de vida, drama que se incrementa día que pasa.
Es decir, cuesta creer que siga en el poder una cúpula carente de ética y capacidad de gestión que, además, ha perdido legitimidad internacional y solo recibe el apoyo, condicionado, de Rusia, China e Irán, y pleno de los adherentes al ALBA, salvo Ecuador.
Sin embargo, surgen algunos síntomas de que la situación descrita puede llegar a un límite. A las nuevas articulaciones que teje la oposición, hay mayor decisión de presión internacional. Los cancilleres de la Unión Europea han acordado imponer entre las que destaca un embargo de armas y otras medidas que se utilizarán de forma “gradual y flexible”, pueden extenderse a quienes “no respeten principios democráticos del Estado de derecho o estén implicados en la violación de derechos humanos”. Esto significa, también, que si evoluciona favorablemente la situación, podrán dar “marcha atrás”.
Asimismo, hubo una reunión informal de algunos embajadores que participan en el Consejo de Seguridad de la ONU, al parecer impulsada por EEUU, y en la que participó el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), la misma que fue denunciada como “acto hostil” por el representante de Venezuela, que estuvo acompañado de los embajadores de Bolivia, China y Rusia, que se negaron a participar en el encuentro, de acuerdo a información de agencias internacionales.
Venezuela debe ser un foco permanente de atención y solidaridad, apoyando a quienes buscan caminos democráticos para enfrentar la crisis que esa nación atraviesa.