Tunari, un patrimonio amenazado
La mayor reserva de agua, el Parque Nacional Tunari, no sólo está amenazada por los incendios forestales, sino por los loteamientos que avanzan silenciosamente por el área protegida, incluso, de noche.
Pero, quizá la mayor amenaza que se cierne sobre esta importante reserva sea la indiferencia de las autoridades, expertas en hallar excusas para cancelar los planes de protección.
En la lista de justificaciones ocupa el primer lugar la falta de recursos. Los fondos no alcanzan ni para que el Servicio Nacional de Áreas Protegidas (Sernap) contrate cuatro guardaparques más, que refuercen en algo el trabajo de los ocho que ya resguardan el área.
Todavía así la cifra está muy alejada de los 30 guardias forestales que se tenían hace 19 años.
La esperanza de que el plan de manejo del parque logre revertir la invasión y destrucción de hábitats, fuentes de agua y patrimonio natural se debilita cada vez más, debido a la lentitud con la que se tramita la nueva ley del área protegida que tiene que reafirmar la naturaleza del parque y consolidar la 12 zonas del área, entre ellas la de protección estricta.
El desinterés que demuestran las instituciones en la conservación de este lugar, tan esencial para la dotación de agua de la región metropolitana, contrasta con la voluntad de los rescatistas y voluntarios que luchan contra las llamas cada vez que hay un incendio. Así como las expresiones de preocupación de la ciudadanía, pero que aún no transcienden de las redes sociales.
Macroeditora de Local
Columnas de KATIUSKA VÁSQUEZ