Tiempo de Papá Noel ya llega
“Las cosas más reales de este mundo son las que ni adultos ni niños consiguen ver (…) Papá Noel existe y existirá por siempre; continuará llenando de fe y de esperanza los corazones infantiles”
El personaje símbolo de la Navidad ya está a la vista; también en seguida vendrá el Año Nuevo. Diciembre tiene una significación especial. Dos celebraciones van casi juntas, aunque son de diferente naturaleza. Se irá pronto el 2017 llevando un fardo de cosas viejas y echaremos al hombro en su reemplazo una nueva alforja; ésta empezará a correr pronto y se acabará también. ¿Qué no se acaba? El tiempo desgasta un poco cada día. Peregrinos en tránsito, nacemos para morir...
El espíritu de la Navidad genera varias reflexiones. Hay dudas que aún no hemos podido despejar. Ha sido más fácil explorar la realidad del mundo material; pero hay todavía secretos que no han cedido a la indagación de los científicos. Igual que ayer hay un cúmulo de arcanos misteriosos que nuestros ojos no ven, y no por eso no existen. Sólo sentimos, adivinamos.
¿A qué época se remonta la aparición de Papá Noel? A un pasado ya bastante lejano sin duda. Se sabe que es de origen cristiano, con varias denominaciones; que precisen eso los historiadores o los exégetas. Por lo que hace a nuestro propósito es suficiente saber que al nacer encontramos un paisaje existencial ya colmado de incógnitas; tal vez nunca sabremos qué más es la vida.
En 1879 Virginia O’ Hanlon, una niña de ocho años, escribe una carta al director de un periódico en Estados Unidos; en su breve misiva, después de plantear su inquietud, le ruega: “Por favor, dígame la verdad: ¿existe Papá Noel? El director asigna la misión de responder a un veterano periodista, Francis P. Church. Esa respuesta “llegó a ser el editorial más famoso de todos los tiempos”.
Francis empieza diciéndole que la mente humana es demasiado pequeña para comprender muchas cosas del vasto universo que nos rodea. Vivimos –le dice– una era escéptica, pero la realidad no se reduce al testimonio de los sentidos. “Tus amiguitos, al decir que no existe Papá Noel, están equivocados; existe como existen el amor, la generosidad, la devoción (… ) El mundo sería un lugar terrible si él no existiera; tan terrible como si no existieran Virginias”.
Ya casi al final, añade: “Las cosas más reales de este mundo son las que ni adultos ni niños consiguen ver (…) Papá Noel existe y existirá por siempre; continuará llenando de fe y de esperanza los corazones infantiles”.
Desde aquella remota lejanía mucha agua ha cruzado bajo los puentes. En cuanto a la credibilidad, tal vez no sea mejor la nuestra que la de entonces. Sin embargo, la tradición aún se mantiene viva, aunque mezclada en nuestros días con el consumismo comercial del tiempo moderno.
El autor es escritor, miembro del PEN Bolivia.
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