Buena noticia
Todos esperamos diciembre para arreglar nuestros entuertos, reunirnos con la familia, los amigos, con el cobijo de lo que conlleva la Navidad y el ingreso a un nuevo año. Anhelamos que en la casa grande, el país, reine la paz pues ello permitirá que en el conjunto de la sociedad haya tranquilidad para que nuestros encuentros, reencuentros, sean como lo planificamos. Terminada la batalla por la reelección indefinida, la de los magistrados, se esperaba un mes tranquilo.
Pero no, el paro médico, que cuando se escribía estas líneas seguía en pie, es sin duda un factor que impide que haya esa paz anhelada. Hay miles de enfermos que no reciben la atención que requieren, otro tanto está cuidándose al extremo para no enfermar. Y muchos se preguntan por qué no hay solución a un conflicto que es grave. Conflicto que no solo atinge al sector médico y paramédico; también a otros.
En ese marco de inseguridad en las casas de los médicos, de los pacientes, el Gobierno ha dado un paso importante para corregir errores en el tema económico. No puede pasar desapercibido el diálogo con el sector privado que permite que los productores puedan exportar con libertad, satisfaciendo la demanda interna, los excedentes de soya, sorgo, aceites, azúcar, alcohol y carne. Esa es una buena noticia que era necesaria. Pero además abrió las puertas para discutir sobre el uso de la biotecnología en la producción agrícola.
El modelo del MAS se basa en la demanda interna que se estancó en los últimos meses. Ello implica menos impuestos para el erario nacional. Pero no sólo ese es el problema de la economía, hay otros que deben preocupar y por ello el cambio de las autoridades en su visión, en su relación con la empresa privada.
Si tenemos el consumo interno con menos demanda, si el déficit comercial crece año a año y en este se prevé que sobrepasará los 899 millones de dólares americanos; si el déficit fiscal va subiendo con relación al PIB, 6,6% el 2016, 7% el 2017 y se acepta que el 2018 llegará al 8,3%, se debe pensar en las soluciones para no tener que extender la mano en búsqueda que alguien preste para los aguinaldos del futuro.
La solución fue permitir que se exporte los excedentes de lo que producimos bien y con calidad certificada. Ahí está la agroindustria que se beneficia y esperamos que no sea sólo porque se viene el año electoral, y sí porque se acepta que debemos vender afuera para evitar que sigan cayendo las reservas internacionales que permiten el endeudamiento, la compra de insumos para la producción.
Los que saben hasta dónde llegan los acuerdos son los empresarios cruceños, que han destacado que no sólo son ellos los beneficiados y dieron como ejemplo el caso del azúcar que llega a Bermejo y La Paz, con San Buenaventura.
Los involucrados en las cadenas productivas habrán pasado una Nochebuena tranquila y esperarán el próximo año con una sonrisa que debe hacerse extensiva a todos, pues las autoridades deben actuar para que la economía supere el estancamiento ya mencionado.
Si la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) prevé un crecimiento del 3,9% para el 2018 y el Gobierno un 4,7, existe la esperanza que seguiremos en alza pero a un menor ritmo. Si eso sucede, la demanda interna no superará su problema y la recaudación caerá.
Aquí las autoridades deben develar sus planes. Las políticas aduaneras, las laborales, las de ahorro interno, las del financiamiento de los gobiernos subnacionales, también merecen un pacto que den tranquilidad y permitan planificar el futuro de los que tienen más y de los que reciben menos.
Los costes laborales son altos, la presión tributaria también. Si se piensa superar el bache de la demanda interna habrá que revisar algunas cosas para mantener el empleo y mejorarlo a corto plazo. Más allá de las elecciones del 2019.
El autor es periodista.
Columnas de JORGE MELGAR RIOJA