Elon Musk y la exploración espacial
Elon Musk es un multimillonario al que muchos llaman “Tony Stark de la vida real” y que otros consideran un supervillano en potencia por sus ideas tan peculiares como maravillosas. Una de ellas es lograr que la humanidad se expanda por el Sistema Solar empezando por colonizar Marte en el plazo de una generación, lo cual ha generado dosis de entusiasmo, rechazo y escepticismo a partes iguales.
Según Musk hay dos escenarios posibles: “El primero es quedarse en la Tierra para siempre hasta que haya una extinción. La otra alternativa es convertirse en una especie multiplanetaria”. Evidentemente es un plan muy ambicioso, considerando que las grandes migraciones humanas tan sólo dentro de nuestro propio planeta y de un continente a otro han tomado miles de años. Y aún con el invaluable apoyo de la tecnología actual la meta está llena de obstáculos. Los primeros humanos que vayan a Marte deberán hacerlo sabiendo que muy probablemente nunca volverán.
El primer reto radica en el multimillonario costo de construir y poner una nave espacial en órbita para cada viaje. Después de muchas pruebas y catastróficos estallidos de cohetes de por medio, en los últimos años una de las muchas empresas de Musk llamada SpaceX, ha logrado un hito en la exploración espacial al haber conseguido construir cohetes que pueden salir a órbita y luego regresar a tierra descendiendo a salvo sobre plataformas flotantes en el mar, lo que permite reutilizarlos una y otra vez.
Por otro lado, los astronautas que viajen a Marte perderían inteligencia en el camino, debido a los efectos de la exposición a la radiación espacial por mucho tiempo. En la tierra estamos protegidos por el campo magnético del nuestro planeta, pero al estar fuera de este, quedamos indefensos ante esta, lo cual por supuesto es dañino para nuestro cuerpo. Puede que no lo sea en períodos de tiempo cortos (como en un viaje a la Luna), pero sí al estar expuesto durante meses, que es lo que toma llegar a Marte. Esto afectaría las ramificaciones que conducen las neuronas en el cerebro por su exposición a la radiación, similar a lo que sucede en un cerebro con Alzheimer. Esto es algo muy grave y supone un gran peligro para los humanos en una misión en otro planeta donde muchas cosas pueden salir mal y se requiere una pronta reacción ante los problemas.
Finalmente, una vez allá no se tiene una atmósfera que permita a los humanos caminar sin trajes especiales. Para resistir la radiación las colonias tendrán que estar bajo tierra, o bien encontrar la manera de generar una atmósfera adecuada para los humanos. Aún si todo esto sale bien, está también el tema de la gravedad que es mucho menor en Marte; una persona que pesa 100 kg en la Tierra pesaría sólo 38 kg allá. A la larga los humanos del planeta rojo ya no podrían habitar ni mucho menos caminar aquí por la debilidad de sus huesos, y por la radiación solar su tez se volvería tan negra sin comparación con nadie en la Tierra. En el corto plazo de 600 años, se tendría una especie humana completamente diferente a la original y adaptada para vivir en Marte, lo cual a nivel evolutivo es todo un tiempo récord.
El sueño de Musk de colonizar Marte es la ambición más grande de su vida. Pero, siendo sinceros, es bastante posible que no lo logre en el plazo de una vida, pero aun así los avances que está realizando, son un gran aporte a la exploración espacial comercial que tienen un mérito enorme.
El autor es ingeniero y docente universitario.
Columnas de DIEGO ALFONSO ROJAS CASTRO