La Cancha, una síntesis de los males
La Cancha, ese lugar a donde miles acudimos, al menos cada semana, en busca de lo necesario para el hogar: desde verduras, frutas y carnes, hasta pan. En algunas ocasiones, ropa; en otras, lo último en tecnología, artículos para la casa, y por estos días, material escolar.
Este sitio es cada vez más un lugar caótico y con una gran ausencia de agentes de tránsito y gendarmes.
Cada uno camina y se abre paso por el gran mercado como puede por los pasillos, cada vez más estrechos, para la cantidad de gente que va de compras y por medio de los vendedores. Además, ahora hay que esquivar las camionetas que circulan como puestos ambulantes con productos de los más variados y que aumentan el atolladero.
El panorama se complica a medida que avanza el día y los comerciantes se multiplican, hasta da la sensación de que hay más vendedores que compradores. El domingo la oferta de productos se extiende por la San Martín y apenas queda espacio para el paso de los vehículos.
La Cancha es además la síntesis de los principales problemas de la ciudad: un lugar insalubre, sin agua y muy precario. Hasta inseguro por la maraña de cables y conexiones de las cocinas. La situación contrasta con la pujanza y crecimiento económico.
Tal vez todo sería distinto si se deja de lado la indiferencia y se comienza a dejar de ver como natural la suciedad de las calles del mercado, el hacinamiento y que de la noche a la mañana las aceras, calzadas y calles se conviertan en mercados.
Periodista de Los Tiempos
Columnas de KATIUSKA VÁSQUEZ