Más malas noticias del sector exportador
Como ya es habitual a estas alturas del año, en días pasados se han conocido los datos sobre las exportaciones cochabambinas durante el año 2017. Las cifras indican son de lo más negativas. Confirman la tendencia decreciente del sector de la economía regional que se dirige hacia los mercados del exterior y que no se vislumbra ninguna esperanza en una recuperación.
Según los datos de la Cadexco, el valor de las exportaciones de Cochabamba cayó en un 24,67 por ciento en 2017 en comparación con 2016. También se redujo el volumen en un 16,10 por ciento. El año anterior la caída del valor fue de 15,7, pero en volumen hubo un crecimiento de 14,8 por ciento.
Esas cifras reflejan una tendencia que se mantiene sostenida desde hace cuatro años. Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), en 2015 la caída del valor de las exportaciones locales fue de 19,7 por ciento y en 2014 de un 15 por ciento. 2013 fue el último año de alza.
El aspecto cuantitativo de esos datos, preocupante de por sí, lo es más si se considera que tras ellos se esconde otro deterioro, no menos significativo, que es el que afecta al sector manufacturero cochabambino. En efecto, la caída tanto del volumen como del valor de las exportaciones de ese sector es fiel reflejo de una tendencia nacional que conduce hacia una paulatina pero sistemática desindustrialización de nuestra región y nuestro país a un ritmo inversamente proporcional al que crece nuestra dependencia de materias primas.
Los factores que desde el punto de vista de los empresarios exportadores explican esa tendencia son, en lo fundamental, los mismos que se vienen repitiendo año tras año. La falta de una legislación que fomente el desarrollo de las exportaciones, la frágil logística del transporte internacional, los conflictos sociales que a través de los bloqueos de caminos no dejan de ser un permanente estorbo, son algunos de los más importantes.
Como es fácil recordar, hace ya por lo menos cuatro años que fueron identificados con total precisión los factores más directamente relacionados con la tendencia negativa que comentamos, a pesar de lo que, a juzgar por los resultados, se ha optado por la preservación de una fórmula cuyos efectos negativos están a la vista. Lo que permite suponer que aún no ha sido asumida en su justa dimensión la gravedad de la crisis que ya se vislumbra, lo que por consiguiente impide que se adopten las medidas imprescindibles para evitar que las malas noticias se repitan durante los próximos meses y años.