Gas natural para Argentina
La agencia noticiosa Reuters ha publicado un extenso despacho sobre el abastecimiento de gas natural en Argentina. Adelantando, al igual que otras fuentes, que el gobierno argentino está considerando la sustitución de LNG de ultramar por gas natural de Bolivia.
El mercado argentino es abastecido con producción interna más importación de LNG (18%) por vía marítima y por gasoducto de Chile y Bolivia (22%). Argentina está concentrando sus esfuerzos para aumentar su producción de gas natural con shale gas que se encuentra en la zona de Vaca Muerta, provincia de Neuquén, donde ha perforado cerca de 2.000 pozos y recién se está obteniendo volúmenes de producción importantes. La autosuficiencia argentina tomará todavía un buen tiempo y miles de pozos adicionales. Razón por la cual Argentina seguirá importando gas por tiempo indefinido.
Frente a esa realidad, Argentina estaría pensado en acordar las modificaciones necesarias al actual contrato con YPFB el 2019, dotándolo de la flexibilidad para que en los meses de invierno pueda adicionalmente importar gas sustituyendo la importación de LNG con gas boliviano. Esa fecha parece apropiada para YPFB y Enarsa.
A mediados del 2019, además de contemplar el volumen adicional para Argentina deberíamos estar negociando uno o más contratos de venta de gas a Brasil. Con las reservas que nos quedarían después de cumplir el actual contrato con Argentina, podemos contemplar el proveer a ese país ± 20 MMm3/d adicionales en invierno para reemplazar el LNG.
También el próximo año el gasoducto del Noreste argentino GNEA debería estar terminado y listo para entrar en operación. Los posibles volúmenes adicionales de Bolivia no pueden ser transportados por el Gasoducto del Norte por tanto el GNEA es indispensable. Por otro lado, el utilizar el GNEA para importar gas de Bolivia, también aliviaría al gobierno argentino de la obligación de proveer gas a sus provincias del noreste porque esta línea, ahora calificada por la oposición como una obra “populista faraónica”, fue iniciada en el gobierno del Sr. Kirchner con la promesa de abastecer de gas a tres millones de argentinos que no habían sido beneficiados en el pasado con el uso de ese combustible.
Las noticias de Argentina, aparentemente inspiradas por fuentes oficiales, hacen una cuidadosa omisión de tratar el tema de precios en esa operación futura. Pero nosotros podemos hacer notar ciertos criterios importantes. Una de las principales motivaciones para la sustitución del LNG con gas boliviano, es el disminuir los costos de importación de gas. Nuestro gas en Argentina llega a las distribuidoras a menor precio que el LNG de ultramar que debe ser regasificado para entrega a estas compañías. Nuestros precios también están por debajo del gas que Argentina importa de Chile. Por otro lado, de llegarse a un acuerdo de sustitución, no se está pensando en un nuevo contrato de provisión de gas de YPFB a Enarsa, sino darle flexibilidad al actual para sustituir en invierno el LNG importado con gas boliviano. Los precios en el contrato actual se rigen con una fórmula similar a la que utilizamos para la exportación al Brasil más una bonificación de $us 1 por MMBTU. Todo lo anterior en palabras simples es que nuestro gas en Argentina cuesta menos que cualquier otro gas importado a ese país. Por tanto, por ningún motivo se podría pretender que el volumen adicional que se suministre tenga menores precios que los del actual contrato.
Lo que sí debemos preguntarnos es si es beneficioso para nosotros el llevar adelante todo lo indicado anteriormente. No habiendo descubrimientos de reservas adicionales tenemos que ser cuidadosos en cómo utilizamos el saldo que nos quedaría después de terminar el contrato con el Brasil. El modificar el contrato actual con Enarsapara destinar 15 a 20 MMm3/d de gas adicionales en invierno, no alteraría sustantivamente nuestra figura de reservas, nos brinda un nuevo acceso al mercado argentino y nuevos ingresos. El uso del GNEA con nuestro gas no solo nos da un acceso adicional al mercado argentino sino que también a largo plazo, por ramales de ese ducto se puede abastecer provincias del sur del Brasil con gas boliviano y/o argentino. A corto plazo, mejora nuestra posición negociadora con Brasil para el o los futuros contratos de venta a ese país porque se estaría mostrando una venta adicional de gas a mejor precio que el utilizado en el contrato anterior.
Finalmente, esta operación de sustitución de LNG resalta nuestro perfil geopolítico en gran forma. Seríamos el único país en Latinoamérica que cuenta con dos gasoductos a los mercados de sus vecinos más poderosos, Argentina y Brasil.
El autor es ingeniero petrolero y analista energético.
Columnas de CARLOS MIRANDA PACHECO