El mundo según Putin
Vladimir Vladimirovich Putin se hizo elegir por tercera vez como presidente de la Federación Rusa, mandato que ejerció desde mayo de 2000. Entre 2008 y 2012 Putin hizo, como en ajedrez, un enroque con el primer ministro Medvedev, que entonces fungió de presidente, mientras Putin era su primer ministro. Hoy en día Putin tiene 65 años y aún está pensando cambiar las reglas de la elección presidencial. En los tiempos de Unión Soviética Putin era un oficial de KGB, la odiada policía secreta y con esa mentalidad de KGB y con una mano de hierro continúa administrando el país.
En poder desde prácticamente 18 años Putin pretende devolver a Rusia su grandeza de antaño. El Estado de Rusia nació como un pequeño Principado Moscovita y comenzó a afirmar su influencia en Rusia Occidental desde el principio del siglo XIV. Durante el reinado de los zares realizó enormes conquistas territoriales, Siberia en particular, y se ha convertido en el Estado territorialmente más extenso del mundo. Al principio del siglo XX Rusia fue la cuna de la revolución del proletariado, por más de 70 años constructora del socialismo y oponente exitoso de los Estados Unidos. El posterior desplome de la Unión Soviética bajo la dirección de Gorbachov primero y luego de Yeltsin sigue hiriendo profundamente al orgullo nacional ruso.
La elección de Putin con más del 76% de los votos fue anunciada con anticipación por la propaganda oficial como un gran plebiscito de popularidad del Presidente. En realidad no hubo contrincantes que puedan hacerle sombra y Putin ni siquiera participó en los debates con otros candidatos. El más serio entre ellos, Alexei Navalni fue eliminado por una condena judicial antes de las elecciones, los verdaderos opositores perseguidos y medios de comunicación controlados. Al parecer la victoria electoral del Putin-candidato se basó en los éxitos de Putin-presidente en la escena internacional y en cierto culto de su personalidad. Anexión de Crimea, guerra larvada en Ucrania, invasión de Georgia, eficaz campaña militar en Siria, interferencias cibernéticas en los procesos electorales no sólo en los Estados Unidos, sino también en Alemania, Francia y Reino Unido, eliminación de los exespías rusos en Gran Bretaña y del prófugo de la justicia rusa, oligarca Boris Berezowski son los “logros” del nacionalismo ruso a nivel internacional.
El mundo según Putin se divide en otras grandes potencias con las cuales se negocia o que se busca influir –China, Estados Unidos y Unión Europea– y en territorios de influencia: Siria, Ucrania y otras exrepúblicas soviéticas. Cada vez que a los europeos o a los estadounidenses les falta de firmeza, los rusos aprovechan de su ingenuidad. Los europeos no saben cómo comunicarse y cooperar con Moscú. El Gobierno de Reino Unido expulsó recientemente a 23 “diplomáticos” rusos en relación con la muerte de un exespía ruso. La investigación sobre la posible injerencia rusa en las elecciones presidenciales estadounidenses no progresa, la postguerra contra el terrorismo islámico es incoherente y contradictoria por culpa de los desacuerdos de los aliados de ayer, principalmente Rusia.
En junio/julio 2018 Rusia hospedará la Copa Mundial de la FIFA. En un partido imaginario “‘Rusia contra el resto del mundo” los futbolistas rusos se dopan y no respetan las reglas del juego, pero ganan con Putin como árbitro tramposo. Rusia de Putin practica un astuto y perverso manipuleo de poder a nivel interno que se conjuga con los términos contradictorios de su política internacional en un mundo que ya no es bipolar. La historia para Putin aparece como resultado de conspiraciones exitosas, no como producto de evolución de las fuerzas productivas y lucha de las clases sociales.
El autor es comunicador social.
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