Adiós a un cultor del quechua
Terminando el mes de marzo, justo el sábado 31 al amanecer, murió el profesor Eliseo Grájeda Espinoza, autor del Diccionario Enciclopédico Qhishwa Castellano, donde se recogen palabras del uso cotidiano que, sin duda, han sido y siguen siendo parte de la expresión cultural de los quechuas que se resisten a perder el idioma, gracias a personalidades como don Eliseo que, a lo algo de su vida, han dedicado su tiempo a recoger el saber popular y terminar plasmándolo en una obra que ahora constituye una reliquia para el mundo andino.
En el reconocimiento público que escribe, el profesor Grájeda agradece al creador, que, en su criterio, le permitió culminar el diccionario tras largos años de acopiar información y mantener frescos sus recuerdos de la infancia en su lugar de origen, el campo, las minas, las provincias y la misma ciudad donde se fue involucrando con el lenguaje tan dulce y expresivo, pero también el haber compartido vivencias con los campesinos, mineros y sus colegas docentes rurales que le fueron nutriendo de experiencia y sabiduría.
El profesor Eliseo Grájeda nació en Kharasa, Santivañez, y desde muy niño acompañó las actividades agrícolas de sus padres, mayordomos en la comunidad, antes de la Reforma Agraria. Vivió en un ambiente donde se hablaba el quechua. Desde pequeño, sintió la inquietud de aprender y dominar el idioma; iría profundizando su conocimiento en las minas del norte de Potosí: Llallagua, Siglo XX y Catavi, donde además se contagió del espíritu revolucionario de los mineros. En su actividad de maestro rural, logró interactuar con sus colegas en las comunidades campesinas, lo que le permitió entender el contexto de los quechuas. Ya jubilado del magisterio, se dedicó a escribir el Diccionario Enciclopédico Qhishwa Castellano, un aporte significativo para el Estado Plurinacional.
Recuerda que se inició en el magisterio rural siendo maestro interino y, luego de cuatro años de trabajo, tuvo la oportunidad de estudiar en la Normal Rural Ismael Montes, en Vacas; se desempeñó como catedrático en las normales rurales y urbanas; fue subdirector, director, supervisor y director de la Dirección Departamental de Educación Rural y director Nacional de las Escuelas Normales. Contribuyó en la organización eficiente de las escuelas y normales, con la vocación de servicio y su entrega de educador, inquieto y siempre dispuesto a ser el mejor por su calidad humana y dedicación a la educación rural.
Por su trabajo en la misión de educador, recibió galardones con medallas, pergaminos y plaquetas, reconocidos por los ministerios de Asuntos Campesinos y de Educación, Bellas Artes y Cultura. Asimismo, por la alcaldía de Cochabamba y por Seduca como ciudadano meritorio. Asimismo, escribió numerosos artículos que fueron publicados en periódicos de Cochabamba, Oruro y La Paz. En el ámbito sindical fue secretario ejecutivo de la Federación de Maestros Rurales durante varios periodos
Doña Blanca Méndez Araníbar, su esposa, destaca que fue un profesional preocupado y comprometido con la educación rural; señala que durante toda su vida, desde que egresó de la Normal, fue servicial y colaborador con sus colegas; asimismo, reconoce que ella, gracias a su esposo descubrió su vocación de maestra. “Me siento muy orgullosa por las obras que ha dejado, una de ellas el diccionario, que llevó muchos años de trabajo y de sacrificio”, expresa la viuda.
El profesor Eliseo Grájeda falleció a los 92 años de edad, lúcido y pletórico de recuerdos. Nuestro sincero reconocimiento por el trabajo fecundo que dejó a lo largo de su vida. Payta yuyarisunpuni misk’i qhishwa parlarispa maypillapis” (A él siempre le recordaremos hablando el quechua dulce donde sea).
El autor es periodista y docente universitario.
Columnas de CONSTANTINO ROJAS BURGOS