Cuba cambia de Presidente pero no de régimen
Miguel Díaz-Canel, que hoy cumple 58 años, fue elegido ayer presidente de la República de Cuba, en reemplazo de Raúl Castro, que continuará –hasta 2021, cuando cumpla 90 años– a la cabeza del Partido Comunista Cubano (PCC).
El nuevo presidente de Cuba nació pocos meses después del triunfo de la Revolución y es un producto de ella. Pero también es un cubano de esta época, como lo describe Fernando Ravsberg, periodista de La Habana, en un extenso artículo aparecido en la penúltima edición de “·Le Monde Diplomatique”.
Este ingeniero eléctrico entró en la política en su adolescencia y cumplió todo el recorrido, desde la Unión de Jóvenes Comunistas hasta la dirección del PCC en la provincia de Villa Clara, en 1994 –en pleno “periodo especial”, la dura etapa de crisis económica resultante de la desaparición de la Unión Soviética –. Allí, tuvo que desarrollar un estilo propio de cumplir sus funciones, obligado por la lejanía del poder central y de la posibilidad de recibir ayuda de La Habana. Y su imagen tampoco era ortodoxa, en un país donde el uniforme militar y/o la guayabera son casi la norma en la dirigencia política, Díaz-Canel vestía jean, bermudas y tenía el pelo largo. Además le gustaba los Beatles, y el rock –considerado subversivo por los socialistas conservadores–, al que le abrió espacios, lo mismo que a los tatuajes –práctica aún ilegal– y a la diversidad en las preferencias sexuales.
Luego, en 2003, fue enviado a la provincia de Holguín con la misión de poner orden y liquidar la corrupción en el PCC y el gobierno locales. Durante ese mandato, tuvo que hacer frente a los efectos de un terrible huracán que devastó la región. Los resultados de su trabajo le abrieron las puertas del poder mayor en la Isla: el buró político del Partido Comunista.
En 2009 ocupó sus primeras funciones en el gobierno nacional, cuando lo nombraron Ministro de la Educación Superior con el reto de despejar las universidades y adecuarlas a las necesidades y posibilidades de la economía en un país donde es más fácil encontrar un físico nuclear que un plomero.
Cuatro años después, en 2013, Díaz-Canel asume como primer vicepresidente de Cuba, iniciando la recta final de su preparación para reemplazar a Raúl Castro en la Presidencia.
"No es una casualidad, se previó", dijo el octogenario líder revolucionario, ayer en la posesión de Miguel Díaz-Canel.
Lo que vendrá en los próximos años, de su previsible doble mandato, es más incierto.