¿Qué hacer con los edificios de Unasur en San Benito?
El trance que atraviesa Unasur ha despertado una serie de opiniones críticas de ciertos opositores —e incluso de un dirigente cívico— acerca de la sede del Parlamento Suramericano, de su utilidad y del costo que significa su mantenimiento para el Estado boliviano. En algunos casos, esas observaciones están acompañadas de propuestas puntuales para el uso de esa monumental infraestructura.
Seis de los 12 países que componen la Unasur han decidido suspender su participación en esta organización, debido a problemas de funcionamiento, falta de consenso y carencia de Secretaría General. Es decir que no se trata del derrumbe del bloque o de su disolución. Su institucionalidad se mantiene invariable.
Así, las propuestas para transformar las instalaciones de San Benito en hospital, por ejemplo, resultan fuera de lugar y generan una confusión que parece intencionada y distrae la atención del punto importante.
Y ese punto es el costo que significa para el Estado boliviano el mantenimiento de la monumental infraestructura de San Benito. Mantenimiento imprescindible para evitar su deterioro y honrar los compromisos asumidos por Bolivia al asumir la sede del Parlamento Suramericano.
En ese sentido, resulta adecuado el uso de esas instalaciones para la realización de eventos internacionales o nacionales, como la actual Cumbre de Presidentas de Parlamentos de la Unión Interparlamentaria o la Cumbre Departamental de Seguridad Ciudadana.
Periodista de Los Tiempos
Columnas de Norman Chinchilla