Con la libertad de nuestro oficio
Ayer no fue un día como cualquier otro, sino que se recordó el Día Mundial de la Libertad de Prensa, justo en épocas difíciles para nuestro oficio en Bolivia y el mundo entero. Hace unas semanas, el periodismo mundial se vio golpeado por el asesinato de tres colegas del diario El Comercio de Ecuador, brutal y salvajemente asesinados por un grupo de terroristas en la frontera con Colombia, cuando estos cumplían con su labor de investigación e información.
Los intentos por callar a la prensa vienen de varias décadas atrás, empero la libertad de expresión siempre triunfó por encima de intereses mezquinos, personales y grupales. Y los ejemplos son varios, entre ellos el sufrido por esta casa periodística que fue asaltada el 9 de noviembre de 1953, pero reanudó funciones el 19 de julio de 1967.
La libertad de prensa puede también ser vapuleada por ejemplo por autoridades que, disconformes con las informaciones que difunde un medio, se niegan a responder a las preguntas de los periodistas.
Pero es también cierto que el compromiso con la verdad ha sido muchas veces tergiversado por quienes hacen mal uso del oficio periodístico, ya sea en beneficio personal o ideológico, algo que los preceptos del periodismo no admiten como parte del ejercicio profesional.
En un día que reivindica nuestros derechos y refuerza nuestros compromisos éticos y morales con la verdad, hay que recordar que el periodismo es identificar, recopilar y transmitir hechos y/o sucesos de interés para la sociedad, a través de medios impresos, radiales, televisivos y digitales.
Periodista deportivo de Los Tiempos.
Columnas de Gabriel Caero Rodríguez