“El por qué es impensable y el cómo es aterrador”
“El por qué es impensable y el cómo es aterrador”, fueron las palabras del director mexicano de cine Guillermo del Toro ante el asesinato de tres estudiantes de la carrera de cine, cuyos cuerpos sin vida fueron disueltos en ácido para no dejar rastro de su asesinato. Los jóvenes se encontraban en Jalisco realizando un trabajo de estudios, el rodaje de un corto. El karma de ese día para los tres jóvenes fue estar en el lugar y hora equivocados, pues un cartel del narcotráfico se encontraría allí, y los confundieron con integrantes de otro cartel, rival.
En México, la violencia en general y la causada por el narcotráfico, en particular, están en niveles espeluznantes. Los datos muestran que ya van doscientas mil personas desaparecidas en los 11 años de la guerra contra el narcotráfico y esa lacra no hay cuando termine. Lo peor es que se han cometido y se siguen cometiendo las violaciones más extremas a los derechos humanos.
A pocas semanas de llevarse a cabo las elecciones presidenciales mexicanas, seguro que para los y las contendientes, una de las tareas vitales será enfrentar la violencia que genera el narcotráfico. Una tarea titánica, pues la complejidad del asunto se entrevera con la corrupción y, lo más indignante, la impunidad campante de quienes están involucrados.
La inseguridad y zozobra que siente la gente es lo trágico del asunto, pues no poder recorrer el país con total libertad o hacerlo sintiendo miedo, estando en ascuas, no es lo ideal para disfrutar de una tierra tan bella y diversa. A esto se suma que ante la ineficiencia del Gobierno para devolver la paz a México, ha sido la propia ciudadanía la que se ha tenido que organizar en “comités de autodefensa” en varios lugares.
Seguro que el estado de violencia que vive hoy en día México es consecuencia de una serie de factores. Las preguntas que nos rondan son ¿en qué momento, ciertos Estados se convirtieron en territorios de bandas criminales organizadas?, ¿en qué momento se dio que un o una mexicano o mexicana deba detenerse y pensar que determinados espacios le están vetados porque cunde la inseguridad y la posibilidad de morir? No cabe duda, hay que dar solución a semejante problema por varios flancos; sin embargo, seguro también que políticas sociales de igualdad, el aumento de las tasas de empleo, en cierta medida, y ojalá así sea, podrían devolver poco a poco la tranquilidad a México. Un país tan lindo y querido.
La autora es socióloga y antropóloga.
Columnas de GABRIELA CANEDO VÁSQUEZ