Oh, ¡los Juegos Suramericanos Cocha 2018!
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El deporte es fruición (una combinación de pasión, fuerza y emoción) y es también reciedumbre del espíritu, decía J.M. Cagigal. Si bien los últimos días hemos visto y escuchado todas las dificultades por las que atraviesan nuestros deportistas, y por supuesto los entrenadores que estamos al lado de ellos, también es cierto que este viacrucis es recurrente toda vez que toca participar y competir a este nivel (Juegos Suramericanos y otras competencias).
Seguro estoy que hay motivos para darle con mazo a toda autoridad y dirigente. Pero, digo yo: ¿antes estuvimos mejor? ¿Había mejores condiciones? ¡No! Las falencias deportivas son un eterno lamento.
La historia nos ha enseñado que los grandes deportistas emergieron de grandes dificultades. ¿Acaso Jhonny Weismuller (Tarzán), no padeció poliomielitis antes de ser campeón olímpico?, ¿Wilma Rudolph, negro, pobre con 22 hermanos, las tenía fácil?, su neumonía a los cuatro años y ataque de poliomielitis a los seis (usó muletas hasta los ocho) no le impidieron lograr tres medallas de oro en las Olimpiadas de Roma 1956. Qué decir de los atletas kenianos y etíopes, quienes consideran una gran beca tener tres comidas al día. Y como ellos, muchos más.
Yo me siento orgulloso del equipo Bolivia para Cocha 2018. La actitud es un estado con el que debemos encarar las competencias en el agua, la pista, las canchas, los tatamis y todos los campos. Así que, atletas de Bolivia: ¡Fuerza! ¡Huevos y coraje, que vamos con todo a demostrar que se ganaron el privilegio y el honor de representar a los colores de nuestra patria!
*Entrenador y exatleta
Columnas de MARCOS RAMÍREZ