Caso LaMia: la memoria contra la impunidad
Un documental producido por la cadena CNN, difundido el pasado domingo bajo el título: “Chapecoense: Las claves oscuras del siniestro", ha tenido la virtud de recordarnos que, pese al tiempo transcurrido desde que el 28 de noviembre de 2016 se produjera el accidente del vuelo 2933 de la línea aérea LaMia, el caso está todavía muy lejos de ser declarado cerrado.
El documental al que nos referimos merece ser destacado a pesar de que es muy poco lo novedoso que aporta. En realidad, todos los datos recopilados, editados y difundidos ya eran conocidos, por lo que el mérito de este trabajo periodístico no radica tanto en sus aportes a una mejor comprensión del caso sino porque sirve como un severo recordatorio contra quienes quisieran que un manto de olvido se tienda sobre las culpas de quienes directa o indirectamente contribuyeron a que una tragedia como ésta se produzca.
No es sólo la memoria de las 71 personas que murieron ese día, y un elemental sentido de consideración a sus familiares, lo que obliga a mantener el tema entre los asuntos pendientes de la agenda pública. Casos como éste ponen en evidencia la fragilidad de nuestras instituciones, la facilidad con que éstas se hacen cómplices de quienes detentan el poder político y económico y, por consiguiente, nos recuerdan la indefensión de quienes son sus eventuales víctimas.
Por eso, resulta pertinente recordar que los procesos investigativos abiertos contra las personas más directamente relacionadas con la empresa Lamia no han dado hasta ahora ningún elemento de juicio útil para avanzar hacia el esclarecimiento del caso. Al contrario, todo parece indicar que los esfuerzos se han dirigido en sentido contrario, de modo que el olvido poco a poco vaya abriendo paso a la impunidad, lo que a su vez impedirá que se hagan los ajustes necesarios en las reparticiones estatales cuyos malos manejos fueron, según todos los indicios, corresponsables del desastre.
Es muy significativo, por ejemplo, que como lo recuerda la investigación de CNN, no se haya hecho ningún esfuerzo serio para identificar a los verdaderos propietarios de la empresa LaMia y del avión que protagonizó el accidente. Y lo mismo puede decirse de la falta de explicaciones sobre las relaciones contractuales entre la Fuerza Aérea Boliviana (FAB) y el o los propietarios de dos aviones de LaMia, que se encontraban en sus hangares, y cuyo destino sigue siendo un misterio hasta hoy.