Guerra anunciada no deja muertos
Dos años después de la creación de la Dirección de Redes Sociales y a poco de un próximo proceso electoral, la “guerra digital” entra nuevamente en palestra.
En Latinoamérica, las últimas elecciones en —Costa Rica, por ejemplo— han demostrado que los votantes son parte de un “feedback” al que los aspirantes deben responder y empatizar. Audiencias que no se basan únicamente en los grandes medios sino en los contenidos de las redes generados por ellos mismos, por sus círculos de confianza y por los postulantes que, como nunca, pueden acercarse al público. Que forman grupos y que logran alumbrar cruzadas o movimientos.
En este contexto, en Bolivia, las audiencias y las plataformas digitales comienzan a tomar su butaca en el escenario.
La creación de la entidad de redes llegó en 2016 con el anuncio del presidente Morales de una lucha, que ahora tiene a sus “soldados”. El MAS ha negado la posibilidad de que estos ciberactivistas digitales reciban un salario; de serlo, retumba la posibilidad de que el dinero del soberano pague la campaña proselitista del oficialismo.
Y de serlo, también, queda la duda de si es que los protagonistas de esta guerra entenderán la complejidad de su papel y, más importante aún, cómo lo afrontarán sus rivales. Esperemos que los actores de la contienda vayan entendiendo los alcances de la era del Internet y las redes sociales.
Periodista web de Los Tiempos
Columnas de Jessica Vargas