La síntesis de un fracaso
Una minuciosa investigación realizada por el equipo periodístico de Los Tiempos, cuyos primeros resultados han sido publicados durante los últimos días, y a los que se les dará continuidad durante los próximos, ha confirmado la gravedad de los daños ambientales que están siendo ocasionados por una serie de fallas en la planta de urea y amoniaco de Bulo Bulo.
El exterminio de los peces que antes abundaban en los ríos y arroyos que ahora reciben los desechos tóxicos de la planta es su manifestación más notoria. La muerte de animales que beben esas ahora fétidas aguas es otra. Y aunque aún no se han reportado casos de personas directamente afectadas, los testimonios de quienes viven en las comunidades aledañas dan cuenta de la gravedad del problema.
Frente a tal situación, las autoridades gubernamentales, cuyo principal representante en este caso es el Ministro de Hidrocarburos –ante el elocuente silencio de quienes tienen a su cargo la tarea de velar por la salud medioambiental– observan la misma actitud de siempre. Minimizan el problema, ridiculizan las denuncias e informaciones e insisten en atribuirlas a una conspiración “de la derecha y el imperio”.
“La planta ha tenido un pequeño desperfecto, ha tenido una fuga de amoniaco, pero no le cuesta absolutamente nada a YPFB porque tiene un seguro de construcción. Está Samsung, pero además está Toyo, que es la encargada de este equipo”, es lo más serio que ha dicho el ministro Sánchez. Y para que no queden dudas sobre la importancia que le asigna al problema: “no se olviden que tiene seis meses y cuando nace la ‘wawa’ al primer mes se resfría, y al segundo mes tiene otro problema, es lo mismo”.
Quienes más saben de estos temas no están de acuerdo con esa interpretación de los hechos. El ingeniero Hugo del Granado, uno de los más destacados columnistas de Los Tiempos, por ejemplo, considera que se trata de “un evento extraordinario (...) porque implica un problema muy grave desde el punto de vista ambiental y desde el punto de vista de la contaminación a las poblaciones aledañas”. (...) “quiere decir que hay algo descuidado de mucha gravedad”, asegura. Y agrega que el asunto “no es de detalle ni de falla de un equipo menor, (...) quiere decir que hay una falla en el diseño mismo de la planta”.
Son abundantes los antecedentes acumulados sobre este tema desde hace muchos años. Y lo son también los motivos para exigir al gobierno nacional que dé un giro radical en su manera de abordar éste y otros asuntos en los que está siendo puesto en juego el futuro de nuestro país.
