San Juan: de salchichas y otras precauciones
Hace una quincena de años, los 24 de junio eran días negros en la ciudad de Cochabamba. Negros del humo que habían dejado fogatas, juegos pirotécnicos y otros petardos encendidos desde la víspera hasta el amanecer de ese día, con el mismo fervor que ponemos en cualquier celebración colectiva. Hubo ocasiones en las que la atmósfera citadina estaba tan contaminada que la visibilidad en cualquier calle no era mayor a una cuadra, es decir que prácticamente el humo impedía ver lo que pasaba en la esquina de nuestras casas. Ni qué decir de los vuelos que se suspendían debido a la opacidad del aire.
Esa oscura circunstancia que se agravaba cada año, al comenzar la última semana de junio, encendió las alarmas de las instancias municipales cuya acción logró que el encendido de fogatas, de petardos y de juegos pirotécnicos se reduzca paulatinamente, a medida que crecía la cantidad de gente que renunciaba a esa práctica, ya sea por la toma de conciencia del muy visible perjuicio medioambiental, por evitar problemas con los funcionarios encargados de hacer respetar la prohibición, por influencia del entorno social y familiar o por una combinación de esos y de otros factores. Así, el hábito de atizar ha ido extinguiéndose… para dar paso a otro que la publicidad comercial se encarga de avivar con notable éxito : el de las salchichas cocidas a la brasa.
Es cierto que el humo producido por esa multitud de parrilladas no se compara con aquel de las fogatas de antaño, pero es también obvio que su impacto en la calidad del aire que respiramos no es insignificante. Y lo que que se cocina al calor de esos carbones encendidos tampoco es siempre inofensivo.
El Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria e Inocuidad Alimentaria (Senasag) ha publicado una lista de 85 industrias fabricantes de chorizos y otros embutidos que estarán disponibles, con mayor abundancia que en otras fechas, en mercados y friales.
La inocuidad de esos productos está garantizada, pero, ¿existe la seguridad de que solamente esos cárnicos autorizados estarán a la venta?, ¿serán suficiente la acciones de la Intendencia para evitar que embutidos de dudosa calidad sean comercializados? No, es poco probable que eso sea suficiente, de la misma manera que la sola acción de las autoridades habría sido insuficiente para extinguir las fogatas de San Juan, que casi ya no se encienden porque adquirimos progresivamente la conciencia de su perjuicio.
El cuidado de la calidad aquello que compramos e ingerimos vendrá también paulatinamente, pero no tendría que ocurrir sólo un día, sino los restantes 364 días del año.