Dudas razonables
El sorpresivo decomiso de un jet de lujo en el aeropuerto de El Trompillo, en Santa Cruz, que luego pasó a manos del Ejecutivo en tiempo récord generó una serie de dudas razonables y contradicciones que deberán ser resueltas por la Aduana, la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC), el Ministerio de Gobierno, la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (Felcn) y la empresa operadora Global Exec Aviation.
La primera duda que surge, a cinco días de hacerse público el decomiso, y no ha sido resuelta, es por qué sus dueños dejaron la aeronave en Santa Cruz más de un año.
Las fuentes señalan que fue por motivos de mantenimiento.
Pero ¿tanto tiempo? Y ¿por qué desde enero no volvieron a preguntar por el aparato? ¿A quiénes trajo la nave desde Cozumel, México? Esta isla mexicana es un lujoso lugar de turismo. Estas cuestiones van para la empresa aérea.
Otras dudas son: ¿Qué controles hicieron Migración, la Felcn y la DGAC? ¿Y la Administración Autónoma de Servicios Auxiliares a la Navegación Aérea (Aasana)? ¿Cómo es que si la aeronave llegó a Viru Viru, ahora está en el aeropuerto de El Trompillo? ¿Por qué la Aduana actuó en un tiempo récord para decomisar el lujoso jet privado y pasarlo a manos del Ejecutivo? ¿Cuántas veces voló la nave en el país?
Son algunas de las cuestiones que quedan en el aire mientras las autoridades y la empresa no se pronuncien. Por ahora, reina el silencio.
Editor de política de Los Tiempos
Columnas de Nelson Peredo