Se Incrementan nuevamente los precios del petróleo
El precio del crudo WTI desde el pasado mes de octubre 2017 muestra un comportamiento creciente, al mes julio 2018 se ha incrementado más del 30% superando algunos días los US$ 70 por barril, impulsado por el crecimiento de la demanda mundial y por las decisiones de la OPEP junto a otros países de recortar la producción, incluye también, las sanciones contra Irán por parte de los EE.UU., que pone presión sobre otros países para dejar de importar su crudo; se considera incluso el crecimiento de la producción estadounidense del petróleo no convencional.
Los aumentos de precios, son buenas noticias para nuestra economía, en vista que en la actualidad, el costo de exportación del gas boliviano está indexado a una canasta de fuel oíl que, a su vez, tiene una correlación directa con el precio internacional del petróleo (WTI);esto quiere decir, a mayores precios del petróleo, mayores ingresos por el gas.
El incremento en precios tiene efectos directos positivos en el crecimiento de la economía, por el aumento en el valor de la producción; mejora los términos de intercambio contribuyendo al aumento de las exportaciones, mejora en el resultado en cuenta corriente y su consecuencia acumulación de reservas internacionales; por otra parte, las arcas del sector público reciben un estímulo, ayudando a reponer o mejorar sus presupuestos. Pero, también tiene un lado negativo; este tiene que ver con la erogación de mayores recursos para la subvención de los hidrocarburos importados (diésel y gasolinas). Los efectos indirectos tendrán relación con el destino final del incremento de la renta petrolera.
El mayor beneficiario por este ajuste es el sector público (Gobernaciones, Municipios, Fondo Indígena y TGN), favorecido por transferencias de impuestos y de regalías. Al mes de junio de 2018, sus ingresos por estos conceptos se vieron incrementados en 30%, comparando con la gestión 2017, pero aún muy por debajo de los ingresos extraordinarios percibidos en la gestión 2013, que representó cerca de tres veces más de lo actual, originados por los precios más allá de los US$ 105 por barril promedio mensual.
Consideramos que es el momento de aprender las lecciones recibidas con la caída de los precios de hace cinco años atrás, que se notaron con una drástica reducción de ingresos de los beneficiarios de la renta petrolera. No se debe cometer el error de exagerar en el gasto público, financiándolo con ingresos transitorios no garantizados, pues no se sabe qué tan sostenibles pueden ser estos precios, siempre hay riesgos; los mismos son muy volátiles. Esto expresa que existen cambios bruscos en su variación, considerando adicionalmente la incertidumbre en los niveles de producción.
Existen buenas prácticas internacionales para el manejo de estos recursos, a través de la creación de “fondos de estabilización” en el proceso presupuestario; casos como Chile y Colombia con el cobre y el café son ejemplos útiles; constituyen mecanismos adoptados para solucionar los problemas que se enfrentan cuando sus ingresos depende en gran medida de los recursos provenientes de la venta de recursos naturales. Este mecanismo sirve para administrar los ingresos extraordinarios y para su inversión conforme a principios prudentes.
Hay dos razones principales por las cuales es importante tener este mecanismo: i) Crear un fondo de ahorro que puede ser utilizado cuando los ingresos por los recursos no recobrables tengan problemas de precios o producción y; ii) Al eliminar la vulnerabilidad de la economía, provocada por la fluctuación de los mercados internacionales, se suaviza el impacto negativo en el gasto público y, al mismo tiempo, ayuda a planear el gasto a futuro.
Nunca es tarde. Hoy puede ser el momento de evaluar su aplicabilidad en la coyuntura actual.
El Autor es Economista
Columnas de JAVIER REVOLLO PIZARROSO