El engañoso caso de los “cholangos”
Hace ya más de cinco años, en febrero de 2013, el alcalde municipal de Cochabamba, Edwin Castellanos, presentó en un pomposo acto 24 carros basureros, y los puso a disposición de la Empresa Municipal de Saneamiento Ambiental (EMSA). Eran los tristemente célebres “cholangos”, apodo con el que se hizo famoso el por entonces ex cantantautor.
Fue tan grotesca esa compra, tan evidente la falta de proporción entre las características de los camiones adquiridos y el precio pagado por ellos, que desde un principio el caso fue visto como una millonaria estafa.
Tres años después, en febrero de 2016, el Gobierno Municipal, ya en manos de los adversarios políticos del “Cholango” y del Movimiento al Socialismo, anunció su decisión de realizar una auditoría al proceso de adquisición de esos vehículos.
Esa iniciativa fiscalizadora se fundamentó en el hecho, ampliamente demostrado, de que ninguno de los 24 carros adquiridos por más de un millón de dólares cada uno cumplió con las características que presuntamente exigía el Gobierno Municipal. Por ello, no sirvieron para el eficiente recojo diferenciado de la basura, como se prometió antes de su compra, ni fueron subsanadas las fallas que se detectaron ni bien fueron puestos en funcionamiento.
Lamentablemente, esa iniciativa no pudo pasar de las buenas intenciones porque la Dirección de Auditoría Interna de la Alcaldía encontró “deficiencias en el control” de los documentos y contratos de la adquisición por excepción. Es decir, alguien se pasó el trabajo de hacer desaparecer la documentación que hubiera sido necesaria para demostrar que por cada uno de los 24 “cholangos” se pagó un monto muy superior al valor comercial de vehículos con esas características.
Ahora, cuando todo parecía indicar que el caso de los “cholangos” pasaría a engrosar la larga lista de contratos dolosos condenados al olvido y la impunidad, un informe de la Dirección de Auditoría Interna (DAI) de la Alcaldía ha recomendado el inicio de sumarios contra el exalcalde Edwin Castellanos y dos exfuncionarios. Afirma tener suficientes datos sobre las irregularidades que rodearon la compra de esos basureros.
“Más vale tarde que nunca” dice un muy conocido adagio popular muy adecuado para este y otros casos parecidos. Es de esperar que los hechos confirmen su validez de modo que se ponga un límite al sistemático saqueo de los recursos municipales.