La violencia en el fútbol
Las noticias de violencia en el fútbol generalmente apuntan a las barras bravas. Sin embargo, la semana pasada, los protagonistas de estos lamentables hechos fueron, nada más y nada menos… un grupo de padres de familia.
Ocurrió en un torneo nacional sub-10 de fútbol de salón, que se jugó en la ciudad de Santa Cruz.
Fue en uno de esos encuentros que padres y madres protagonizaron un lamentable hecho, que traspasó las fronteras del país, al intercambiar golpes y botellas tras la final del partido definitorio entre Santa Cruz y Pando.
El bochorno mostró que la cultura de la violencia no está sólo en las barras bravas o entre los malos hinchas, sino que se trasmite, algunas veces, desde la familia.
¿Cómo exigimos a nuestros hijos respeto al otro y tolerancia si los padres no demostramos estos valores? ¿Con qué cara reclamaremos a las autoridades acciones de prevención contra la violencia, si los padres mismos la estamos promoviendo?
Estas preguntas tendrían que servir para motivar a los involucrados en este bochornoso casos, y también a cada boliviano adulto responsable, a someterse a una rigurosa reflexión y crítica, no sólo respecto de los protagonistas de los vergonzosos hechos del viernes en Santa Cruz, sino, sobre todo, acerca de la actitud de todos los padres y madres de familia que acudimos a eventos deportivos. Porque muchas veces la violencia no sólo es física. Un insulto, un gesto de desprecio, pueden ser el inicio de algo mayor.
Editor de Política de Los Tiempos
Columnas de Nelson Peredo