Conmebol, justicia e injusticia
Hasta hace algunos días, la Copa Libertadores de América transcurría sin mayores contratiempos y con el mismo éxito de cada año. Fue sólo hasta que el club Independiente de Avellaneda decidió recurrir a la “justicia deportiva” de Conmebol observando la mala inclusión del volante uruguayo Carlos Sánchez, en Santos, rival con el que empató en Buenos Aires 0-0. Ahí comenzó la historia y la victoria en “escritorio” a favor del Rojo.
Antes, ganar en mesa parecía sólo ser un “asunto” del fútbol boliviano. Hoy, la Copa Libertadores se vio manchada con un fallo inédito y que benefició a unos, pero no se aplicó en otros casos.
La mala inclusión de Sánchez, suspendido por algunos partidos en un pasado torneo de Conmebol, fue motivo de observación y casi inmediata sanción para el cuadro brasileño, que no llegó a concluir el cotejo de vuelta por graves incidentes en las tribunas.
Si bien la protesta de Independiente fue correcta y la Conmebol actuó bajo la norma, lamentablemente “las reglas no son para todos”. En el partido de ida, jugado entre Racing Club y River Plate (0-0), Bruno Zuculini jugó en el Millonario teniendo una pena de dos partidos por una sanción pasada. Misteriosamente, Zuculini jugó siete compromisos y nadie advirtió nada, incluso en el lance ante la Academia. Pero en el caso Sánchez sí hubo celeridad.
Las protestas contra Conmebol no se dejaron esperar. Luego del cambio de directivos y un “proceso de limpieza” que prometió un mejor destino, parece que la pobre imagen de la Confederación Sudamericana de Fútbol no consigue mejorar y sólo tiende a empeorar.
Periodista de la sección deportes de Los Tiempos
Columnas de Gabriel Caero Rodríguez