Asgardia
Debo confesar que no soy muy fanática de la ciencia ficción. Me gusta la saga de Star Wars, y alguna película más, pero hasta ahí llego.
Por eso, el otro día, cuando Marcelo se declaró ciudadano de Asgardia, le pregunté qué es eso. Resulta que es una micronación en el espacio exterior que está libre del control de las naciones existentes y quiere ser reconocida como estado nación. Igor Ashurbeyli, es su fundador.
Por el momento, sólo existe en un satélite cúbico con un peso de 2,7 kg, y orbita la Tierra desde noviembre de 2017. Su fin es utópico, pero habla de un futuro mejor, que quizás no lleguemos a conocer.
Ashurbeyli afirma los nobles objetivos de su nación son "la paz en el espacio y evitar que los conflictos de la Tierra se transfieran al espacio exterior".
Hasta ahí puede sonar al discurso de un lunático. Sin embargo cualquiera que tenga una cuenta en https://asgardia.space, puede hacerse ciudadano. Ya lo han hecho 262.725 personas, 467 somos de Bolivia.
Esto demuestra la fe y esperanza que tenemos en el futuro ¿Suena a locura? Puede ser, pero entre las variopintas recetas que se ofrecen para no ahogarse con cuentas e impuestos por pagar, aparece el BID.
Una sesuda investigación de este banco señala que la proliferación de empresas de mínimo tamaño y escasa productividad; la elevada informalidad y el autoempleo, así como un escaso desarrollo del sector exportador no tradicional y una baja profundización financiera, son los síntomas de un padecimiento común de la región andina.
Propone revisar las normas que regulan el funcionamiento de los mercados laborales, enfocándose en aquellos aspectos que hacen rígida y costosa la contratación formal. También, se debe evaluar el diseño de los principales impuestos, removiendo las distorsiones a las decisiones de ahorro, inversión y consumo, al crecimiento empresarial y a la contratación formal, así como fortalecer la capacidad institucional de las administraciones tributarias para combatir la evasión y facilitar el cumplimiento tributario. Asimismo, debe impulsarse una mayor integración comercial, reducir los costos logísticos de comercio exterior y mantener políticas macroeconómicas y cambiarias saludables que permitan el desarrollo de un sector exportador de alta productividad. Finalmente, fortalecer el marco institucional en el que se apoyan los mercados financieros.
A su manera, el BID y Asgardia creen en una utopía. Todos lo hacemos y confiamos que funcionarán estas recomendaciones.
La autora es máster en comunicación social y periodista.
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