Reconciliando a Marx con Adam Smith
Radical Markets: Uprooting Capitalism and Democracy for a Just Society es un libro creativo y polémico de Eric Posner y E. Glen Weyl. Atrajo mi atención porque 1) propone la idea novedosa de abolir la propiedad privada manteniendo el mercado y 2) aplica las teorías de William Vickrey, nobel de economía, que fue mi profesor y amigo.
En los años 90, en la Universidad de Columbia, el octogenario profesor era conocido por interrumpir cualquier clase, en especial de los profesores jóvenes, aduciendo que no daban bien la materia. Sustituía con gran competencia al catedrático, a quien no le quedaba otra que atornillarse en algún pupitre junto a los alumnos. También era gran conocedor de vinos y guía espiritual de una cofradía secreta que seguía el adagio argentino: “Si usted al mundo vino y no toma vino, ¿a qué vino?”. Mi amigo Vickrey ganó el Nobel de Economía en 1996 y como no podía ser de otra manera lo celebramos cascando unos tremendos vinos. El profe fue pionero en desarrollar la teoría de las subastas de sobres cerrados, donde los interesados en la compra de un bien o servicio (una concesión pública) presentan por escrito su oferta sin conocer la de las otros postores. En la puja del “quién da más”, gana quien ofrece el valor más alto, pero paga el precio del segundo más elevado. Por ejemplo, la empresa A ofrece 10 millones de dólares por hacerse cargo del recojo de basura en una ciudad, y la B, 8 millones. En la subasta de Vickrey, A se adjudica el servicio, pero paga sólo 8 millones o sea la oferta de B. Esto ayuda a que los ofertantes se acerquen al valor real del bien o servicio. La idea fue utilizada por Radical Markets como veremos más adelante.
En una visión tradicional, propiedad privada y mercados son hermanos siameses. Posner y Glen Weyl sostienen que uno los problemas del capitalismo contemporáneo es que el sistema de precios, el mercado, asigna adecuadamente los escasos recursos de una economía, pero puede provocar una concentración y monopolio de la riqueza muy grande. En otras palabras, para los autores, la mano invisible del mercado de Adam Smith junta de manera adecuada los deseos de miles de consumidores con la oferta de centenas de empresas. El problema está cuando éste sistema permite que unos pocos concentren el poder económico generando desigualdad de ingresos y muchas injusticias sociales. Pero qué ocurriría, siguiendo a Marx, si abolimos la propiedad privada y si todos los medios de producción son del Estado. Aquí entran las ideas de mi amigo Vickrey. Posner y Glen Weyl proponen que el Estado, periódicamente, subaste el derecho de uso de fábricas, tierras, hoteles o bienes de capital entre los ciudadanos y ganen los que ofertan mejores precios.
Los autores, además, proponen que anualmente, los administradores circunstanciales declaren pública y libremente los precios de estos y sobre lo declarado paguen un impuesto de 7 por ciento. Según Posner y Glen Wey, este tributo generaría ingresos equivalentes al 20 por ciento del PIB, suficiente para pagar un bono a todos los ciudadanos de una economía. En el caso boliviano, se podría pagar una renta de 700 dólares año ($us 35 mil millones x 20%/10 millones de personas). Sería una especie de dividendo social.
Si algún vivillo declara un valor menor del bien de capital que administra para pagar menos impuestos, pondría en riesgo su administración, porque con precios más bajos otros buscarían ofertar mejor valor por la propiedad en la subasta anual. El riesgo de perder la administración obligaría a los gestores a declarar precios correctos. Además, una subasta permanente otorgaría la gestión de bienes a los más eficientes y competitivos. Este sistema garantizaría la equidad a través del impuesto y la eficiencia por la puja abierta sin perjudicar la inversión
Radical Markets es una tentativa de reinventar el capitalismo separando la propiedad de los bienes del mercado, una idea polémica y difícil de implementar , pero... ¡que comience el debate!
El autor es economista
Columnas de GONZALO CHÁVEZ A.