Soy cochabambino… ¡y sí ejerzo!
Huascar Ballón Mustafa
Siempre que viajo, o aquí mismo, cuando la gente me pregunta de dónde soy y les respondo que soy cochabambino, me preguntan si ejerzo y yo sin dudar les respondo que sí. Esas personas normalmente me miran después de mi respuesta con mucho asombro, ya que no se desde que época nos hicieron la fama de ser malas personas, envidiosos, chismosos, etc.
1. El cochabambino es un gran anfitrión, siempre trata bien a las personas que llegan y el cariño lo expresamos obviamente haciéndoles conocer lo mejor que tenemos con tan exquisita culinaria.
2. Cuando un foráneo pregunta “¿dónde queda…?” El cochabambino responde “aquisito” y lo hace con el ánimo de que quien realizó la pregunta no se desanime si es que queda lejos. Y es más, incluso nos ofrecemos a acompañar al individuo hasta su destino.
3. Los qhochalos siempre vemos lo positivo ante una situación mala, y hasta bromeamos con ella.
4. Ñañituy, wawitsny, papituy, etc. Son expresiones que simplemente reflejan lo cariñosa que es la gente.
5. Tenemos las mujeres más valerosas que hayan existido, que con cacerolas y palos en mano lograron la libertad.
6. Siempre pedimos rebaja o yapa y las caseritas nos complace (o nos hace creer) para que nos vayamos contentos.
Esta lista en realidad se volvería interminable, por lo que en resumen les puedo decir que Cochabamba tiene gente espectacular y otra que no vale la pena, como en todo lado. Tengan por seguro que muchos vienen temporalmente en nuestra tierra, pero luego no quieren irse. Así que algo bueno debemos tener los qhochalas. ¡Felicidades y que viva Cochabamba!
Ciudadano cochabambino
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