Lo que me dice la palabra feminismo
A mí la palabra feminismo me causa una suerte de desconcierto porque, usando la razón y toda la lógica de que soy capaz, todavía no la logro alcanzar completamente.
He escuchado ya muchas críticas que se hace al feminismo, pero esas críticas no me impresionan ni satisfacen. Quiero entender el feminismo y criticarlo desde puntos de vista más profundos.
Por razones de psicología evolucionista, la mujer es más cooperativa y el hombre más competitivo. Pero me dirán “¿Cómo pudo haberse la mujer superado, habiendo estado excluida tantos siglos de la educación, por dar un ejemplo?”. Yo respondo que ahí hay ejemplos como Hannah Arendt y Madame Curie, que son mujeres que por su trayectoria y por su vida constituyen los más altos dechados de superación. En esas vidas se demuestra que al poder y a las estructuras opresoras se los enfrenta a fuerza de pura inteligencia y espíritu y no con la desnudez paseándose por las calles.
La respetabilidad y la credibilidad que se gana una mujer inteligente son tan inmensas que la sola mirada de ella causa sumisión al macho. No todas pueden llegar a ello, como no todos los varones son geniales ni virtuosos.
Hay grupos feministas radicales que plantean que haya en el Gobierno un presupuesto para la mujer y que los varones son potenciales violadores. Este posmodernismo terrible y este feminismo agresivo se han guiñado el ojo para entenderse y hacer creer a la sociedad que todo lo que vivimos está mal. Ese feminismo hacer ver el problema social como una cuestión de géneros, pero como dice la española María Blanco en su libro “Afrodita desenmascarada”, la cuestión es de psicología y mentalidad; todos somos verdugos y víctimas en este asunto.
Columnas de IGNACIO VERA DE RADA