Elena Arze de Arze: intelectual y pedagoga
Hace dos o tres semanas, la Unidad Educativa “Elena Arze de Arze” celebró un aniversario más de su fundación e hizo un importante homenaje a su fundadora, la distinguida intelectual y pedagoga cuyo nombre lleva el establecimiento.
Como ciudadano cochabambino y miembro de la familia Arze, quiero aprovechar esta oportunidad para enriquecer la información genealógica y biográfica de Elena Arze con algunos datos que ponen de relieve su papel personal y el de su familia en la vida intelectual de nuestro país.
ALGUNOS DATOS GENEALÓGICOS.
Elena Arze de Arze perteneció (por línea paterna y materna) al grupo familiar de los Arze, cuyos antecedentes, según investigaciones de don Eduardo Dávalos, se remontan al siglo XVII en el Perú y, por lo menos, a mediados del siglo XVIII en Bolivia. Uno de los más destacados miembros de este línaje fue el prócer cochabambino Esteban Arze. Pero Elena Arze no se entronca en línea directa con él, sino con un hermano suyo de nombre Fernando, padre de Evaristo Arze, que tuvo entre varios hijos a Federico Arze Ortuño y Delfín Arze Ortuño, abuelos paterno y materno de Elena.
La descendencia de ambos es numerosa y la lista podría ser muy extensa. Por ello no haremos sino una escueta mención (aunque sea parcial) de las dos generaciones que les siguieron.
Federico Arze Ortuño, en unión conyugal con Genoveva Ustáriz, tuvo (además de otros hijos) a Federico Arze Ustáriz (casado con Leonor Ágreda), a José Tristán Arze Ustáriz (casado con Arminda Arze Virreira) y a María Arze Ustáriz (casada con Franklin Anaya Ferrufino). Los Arze Ágreda fueron ocho (Saúl, Carmen, José Gil, Luz, Aida, Federico, Julio y María Luisa). Los Arze Arze, seis (José Antonio, Elena, María Antonieta, Hortensia, José Alberto y Jorge Alfredo). Y los Anaya Arze, cinco (Ricardo, Héctor, Franklin, Rafael y María Teresa). Varios de ellos se destacaron en la política y la docencia.
Por su lado, Delfín Arze Ortuño se casó con Brígida Virreira. Los Arze Virreira, de la generación inmediata, fueron: Delfín que se casó con Natalia Salazar, Ulises (casado con Andrea Loureiro), Salvador (casado con Mercedes Arze Ustáriz, también prima suya), Arminda (esposa de José Tristán Arze Ustáriz), Victoria (esposa de Walter Guevara Gómez de Ortega), Ricardo (que murió muy joven, asesinado junto con su padre) y Daría. Los Arze Salazar fueron cinco (Leonor, Arturo, Walter —que murió en acción heroica en la guerra del Chaco—, Hugo, Jorge y Elvira . Los Arze Loureiro, siete (Ricardo, Julia, Eduardo, Leonor, Adela, Amalia y Oscar). Los Arze Arze (por el lado de Salvador, fueron Lila y Raquel; y, por el lado de Arminda, ya han sido nombrados más arriba. Los Guevara Arze, dos (Walter —que llegó a presidente de la república— y Luis —que sucumbió joven en la guerra del Chaco—). Finalmente, Daría tuvo una sola hija, Nora Arze Virreira. La diversidad profesional en esta rama es muy grande y se halla en los campos de la abogacía, la política, la docencia, la medicina, la sociología, la agronomía, etc.
En una gens tan frondosa, Elena tuvo que nutrirse de experiencias familiares riquísimas. De éstas, interesa destacar las que estuvieron en el campo educativo. Muchos de los tíos, hermanos y primos, y posteriormente hijos y sobrinos, fueron profesores en escuela, colegio y universidad.
Recordemos que, cuando sus padres y otros familiares vivían en Calchani (Ayopaya), organizaron una escuela para los hijos de los campesinos y en ella, José Antonio y Elena Arze, por un lado, y Walter y Luis Guevara, por otro, aprendieron las llamadas “primeras letras”. Puntualmente: Delfín Arze Virreira; José Antonio y Elena Arze Arze; Ricardo, Héctor, Franklin y Rafael Anaya Arze; Hugo Arze Salazar; Eduardo, Leonor y Amalia Arze Loureiro; Carmen Arze Ágreda y otros fueron profesores en diversos ciclos. Esta tradición se extendió a muchos hijos, nietos, sobrinos y sobrinos nietos.
DATOS BIOGRÁFICOS.
Elena Arze de Arze nació el 2 de febrero de 1908 y murió el 15 de junio de 1958, en Cochabamba. Fue hija de José Tristán Arze Ustáriz y Arminda Arze Virreira y tuvo los hermanos ya nombrados más arriba. Estudió, primero, en la Escuela de Calchani y luego en el Liceo dirigido por Adela Zamudio.
Hacia 1926 se trasladó con toda su familia a La Paz, donde murió su padre en 1929. Realizó sus estudios profesionales en el Instituto Normal Superior “Simón Bolívar” de La Paz, en las especialidades de lenguaje y literatura. Después, a mediados de la década de 1930, con otros familiares, se estableció en Oruro, donde fue profesora en el Liceo “Dalence”. De allí volvió a La Paz y enseñó en el Liceo Venezuela.
Por ambiente familiar y por influencia cercana de su hermano José Antonio (destacado intelectual, líder del PIR y teórico y divulgador del marxismo y de la sociología) se inclinó hacia la izquierda y se incorporó a la lucha contra diversos gobiernos llamados conservadores. De él recibió también la influencia de sus concepciones pedagógicas, caracterizadas por el activismo, la escuela única, la coeducación, la integración cultural de todos los sectores sociales y étnicos en la vida del país, el cultivo y la difusión de las lenguas nativas, y especialmente del quechua, Aprendió también francés y lo hablaba con fluidez.
En 1948 se trasladó a Cochabamba como directora-fundadora del Liceo “Cochabamba”, al cual consagró el resto de su vida. Se casó con Hugo Arze Salazar y tuvo tres hijos: José Roberto, Hugo Antonio y Rodolfo Arturo (este último, ya fallecido).
El momento más glorioso y trágico de su vida docente, fue una intensa lucha a favor de la consecución de un local propio para su Liceo. Las presiones eran muy fuertes y su temperamento y organismo muy sensibles. Después de un disgusto o “colerón” —como suele decirse— murió súbitamente. La población quedó profundamente conmovida y asistió en masa a su entierro. Justicieramente, pocos años después se puso su nombre al Liceo (hoy Unidad Educativa) fundado por ella.
Publicó su tesis académica con el título de Bases para una metodología activista de la enseñanza de las lenguas y, en especial, del castellano (Cochabamba: Imprenta Universitaria, 1957).
El autor es un “familiar cercano que la recuerda con cariño y admiración”
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