Homenaje improcedente
El sistema de propiedad reconocido para las comunidades aimaras fue gravemente afectado en 1866 por una disposición que originó que la mayor parte de esas tierras pasen al Estado. El gobierno se reservó el derecho de rematar esas tierras al mejor postor o de alquilarlas a los mismos comunarios. Mediante ley promulgada en 1874, conocida como “ley de exvinculación”, se declaró que las tierras de las comunidades no transferidas por el Estado se reconocen con el carácter de propiedad absoluta de los indígenas con sólo adquisición de la hoja de papel sellado de 10 centavos.
Ese inicuo acto de despojo fue causa de hondo encono de los aimaras contra los descendientes de españoles, y explotó inesperadamente. A punto de finalizar el siglo XIX el país estaba gobernado desde 20 años atrás por políticos del Partido Conservador, enfrentados en el mismo lapso por políticos del Partido Liberal. Con argumento expuesto en sentido de urgente necesidad de sustituir el sistema unitario de gobierno por el federal, el Partido Liberal provocó en 1898 la guerra civil que lo llevó a las funciones de gobierno en 1899. El Coronel José Manuel Pando, líder de la rebelión, tuvo la idea de solicitar la cooperación de un dirigente aimara, Pablo Zárate Willka, quien tuvo notable actuación en 1874 en defensa de los derechos de los comunarios cuando se promulgó la ley de exvinculación.
Pando, impulsado para contar con ese aliado por un interés práctico y militar, no advirtió el trágico resultado de ese apoyo. Entre enero y abril de 1899 se desarrollaron acciones en que los contingentes aimaras fueron decisivos para el triunfo de los liberales. La primera derrota de las fuerzas leales al gobierno (“constitucionales”) por las rebeldes (“federales”), se produjo en el lugar denominado Cosmini, en Chacoma, dónde hacen cruz los caminos a Luribay y Ayo Ayo. Los heridos en Cosmini se quedaron en Ayo Ayo, aldea que poco después fue rodeada por Zárate Willka y sus huestes quienes tomaron la iglesia en la que se refugiaron los soldados constitucionales. Enardecidos por el alcohol al extremo de pérdida total de la conciencia, masacraron a un número aproximado de 20 soldados y a un número no determinado de vecinos del poblado. Fue asesinato con saña inaudita, alevosía y crueldad extrema, sin excusa de enfrentamiento en combate.
Las efigies de próceres representan exclusivamente a personas destacadas por sus obras en beneficio del bien común, razón por la cual se cometió un grave error al insertar la imagen de Zárate Willka en uno de los nuevos billetes emitidos por el Banco Central de Bolivia.
El autor es abogado
Columnas de JOSÉ LUIS BAPTISTA MORALES