Los trapos sucios se lavan en casa
Nuevamente, dos miembros del club Wilstermann protagonizaron, esta semana, un “fuego cruzado” a través de los medios. Los actores fueron otra vez el técnico aviador, Álvaro Peña, y el vicepresidente ejecutivo, Renán Quiroga.
Existe un viejo dicho que dice “los trapos sucios se lavan a en casa” y es un adagio que le caería muy bien al plantel aviador, que debería solucionar sus desacuerdos de manera interna para no llevar sus discrepancias a los titulares de la prensa deportiva. Una vieja práctica que ya no se lleva adelante en el club Wilstermann son las reuniones de todos los lunes, en las que el cuerpo técnico informaba sobre el desempeño del equipo y juntos analizaban el resultado, ya sea positivo o negativo.
El estratega aviador reconoció que no se reúne con la dirigencia después de los partidos, aunque existe una comunicación —según él— fluida con el director de fútbol, Ronald Aparicio. En estas reuniones se pueden limar las asperezas que al final se generan porque la dirigencia y el técnico dialogan a través de la prensa, donde salen a relucir todos los problemas internos que tienen como institución, desde económicos hasta continuidad o no de los miembros del club.
Tanto dirigencia como cuerpo técnico deben ser autocríticos con sus gestiones y concentrarse en su objetivo final: el honor de ser bicampeones.
El único que con cabeza fría analiza la situación parecer ser el presidente del club, Gróver Vargas, quien se rehusó a alentar la polémica y aseguró que buscará la paz y tranquilidad en el equipo, tal como ya lo hizo anteriormente.
Periodista de deportes Los Tiempos
Columnas de Betty Rojas Rodríguez