Las nuevas formas de manipulación digital
Antes que aparecieran la televisión y otros canales de comunicación visual las noticias falsas –como el “arroz de plástico”– eran rumores, propaganda o tergiversaciones de contenido que aparecían en la prensa escrita o la radio como inocentadas o intentos de manipulación de la información. Las fake news –las noticias falsas y alarmistas– que inundan actualmente las redes sociales sin referirse a una fuente confiable, son un fenómeno relativamente reciente.
Pero en paralelo a las noticias falsas surgen también otras nuevas formas de manipulación digital –falso contenido audiovisual– haciendo subir el engaño al segundo nivel, mostrando situaciones que nunca han ocurrido con el nombre de deepfake news. El impacto del contenido audiovisual –aunque sea falso– es mucho más convincente como medio de persuasión que la palabra escrita. Los videos que circulan en las redes sociales últimamente hacen ver, por ejemplo, a la ex primera dama de los EEUU, Michelle Obama, desnudarse o al presidente Donald Trump con un mensaje que nunca pronunció. Pero son solamente los primeros ensayos.
Deepfake es una inteligencia artificial basada en la técnica de síntesis de la imagen humana y en la técnica de aprendizaje automático. Está usada para combinar y sobreimprimir las imágenes y videos sobre otra fuente de imágenes y videos. Hasta hace poco, los videos realistas generados por computadora eran un formato laborioso que sólo estaba disponible para las producciones hollywoodenses con grandes presupuestos o investigadores de punta. Hoy, las aplicaciones pertinentes están al alcance de todos. Los videos montajes son una de las formas más nuevas de manipulación digital y una de las más susceptibles a utilizarse para difamar a políticos, crear pornografía vengativa o tender trampas a las personas para culparlas de crímenes. En particular han aparecido los falsos videos pornográficos de celebridades, noticias y rumores falsos o engaños maliciosos. El uso masivo, hasta casero, de estas técnicas está sólo por venir.
El procedimiento técnico para producir este tipo de contenidos audiovisuales es algo como un videomontaje, a tal punto engañoso que el público se lo cree de pies juntillas. Es más, los que desarrollan las técnicas de conversión y/o generación de imágenes y de sincronización de audio están progresando a pasos agigantados para poner estas técnicas al alcance de prácticamente todo el mundo con unas aplicaciones relativamente fáciles de usar. Hacer un video donde los conocidos políticos dicen cosas contrarias a sus principios o palabras obscenas, producir videos pornográficos “chistosos” con caras de las exnovias y otras bromas visuales puede parecer todavía relativamente inocentes. En cambio, eso mismo en un contexto de votación inminente –aunque sea posible demostrar su falsedad– tiene un impacto nefasto sobre los electores y es difícilmente neutralizable. Desde el punto de vista político este enfoque se alinea con la tendencia actual favorable al populismo y sus métodos demagógicos de argumentación. Los investigadores universitarios en los Estados Unidos están anticipando grandes impactos con este tipo de noticias falsas y prevén los escenarios catastróficos para la democracia.
La tecnología de hoy es capaz de hacer aparecer o decir cualquier cosa a cualquiera. ¿Es este el próximo nivel de la guerra de desinformación/información que se libra a nivel internacional? Hoy en día la manipulación digital se manifiesta todavía poco e incluso con fines de diversión, pero su potencial como arma electoral es terrible en manos de la gente inescrupulosa, mucho más allá de los torpes fotomontajes de ataño o de los miniperiódicos de Alasitas. ¡Cuidado!
El autor es comunicador social
Columnas de STANISLAW CZAPLICKI