Nicolás Maduro en su laberinto
Hoy más que nunca el presidente venezolano, Nicolás Maduro, transita por su propio laberinto del cual no hay señales que vaya a salir bien parado ante los ojos de la comunidad internacional.
La deriva del Gobierno de Maduro se ha manifestado con el fuerte rechazo internacional que pesa sobre la política chavista. Solamente los países aliados de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) han blindado el segundo mandato del mandatario venezolano.
Mientras tanto, el venezolano común se encuentra frente a dos caminos: primero, la fractura social profunda que va “in crescendo” de la mano de la peor crisis económica y, segundo, el desapego de sectores populares que otrora vitorearon y apoyaron hasta el cansancio al expresidente Hugo Chávez.
Hoy en día, el venezolano de a pie está más preocupado por abastecerse de alimentos de la canasta familiar porque el salario que percibe no logra satisfacer sus necesidades básicas.
Si bien el oficialismo arrasó en las elecciones de concejales a finales de 2018, esos comicios tuvieron una abstención del 72,6 por ciento, algo jamás dado a conocerse en la vida democrática del país llanero.
Desde que Maduro llegó al poder en 2013 el país está inmerso en una crisis humanitaria, política y económica. Esto precisamente ha provocado un éxodo de 2,3 millones de personas desde 2015, según datos de las Naciones Unidas.
Expertos auguran un agravamiento de la debacle socioeconómica. Además de la escasez de comida y medicinas, los venezolanos lidian con una hiperinflación que según el Fondo Monetario Internacional (FMI) alcanzará 10.000.000 por ciento para el presente año.
En tanto, la oposición, sin norte político, ha quedado en la inercia y ha sucumbido ante el embate del oficialismo, oficialismo que a pesar de no tener el apoyo mayoritario cuando Chávez estaba vivo, continúa en el poder.
Editor de Mundo de Los Tiempos
Columnas de ALFREDO JIMÉNEZ PEREYRA