Dolorosa advertencia
El accidente que causó la muerte de más de 20 personas y heridas en casi una cuarentena es una dolorosa advertencia de las fallas que rodean al sistema de transporte interdepartamental de pasajeros por carretera.
Según los reportes preliminares de esta tragedia, el accidente fue ocasionado por la imprudencia del chofer de la empresa Trans Imperial que invadió carril y chocó de frente con el bus de Trans Azul, que venía en sentido contrario. Con ese único dato, es fácil presumir que el accidente se produjo a consecuencia de una violación a las normas de tránsito.
La desobediencia a estas normas es la principal causa de los accidentes en Bolivia. La mayoría se produce por exceso de velocidad, consumo de bebidas alcohólicas o, como en este caso, por invasión de carril. Si se toma en cuenta que, según la norma, los conductores de los vehículos de transporte público de pasajeros deben ser choferes profesionales, se presume que éstos conocen el Código de Tránsito y su reglamento.
La responsabilidad de emitir licencias de conducir ya no está en manos del Organismo Operativo de Tránsito sino del Servicio General de Identificación Personal y de Licencias de Conducir (Segip-Segelic). Además de la cédula de identidad, certificado médico y constancia de depósito bancario, el Segip-Segelic exige, a los postulantes a obtener una licencia, un certificado original de habilidades para conducir otorgado por una escuela de conducción autorizada por aquella y certificado de antecedentes de tránsito. Para llegar a la categoría C, se debe ir ascendiendo desde la categoría particular, cada dos años, y, además, se debe tener 23 años cumplidos y un certificado psicológico.
El certificado de habilidades debe ameritar no sólo que el postulante sabe conducir sino que, además, conoce las normas de tránsito porque se le debe tomar una prueba escrita que incluye Código y reglamento de tránsito y señalética vigente. Pero, pese a todas esas precauciones, los accidentes siguen ocurriendo.
El Segip-Segelic sólo responde por los conductores para los que emitió licencias. Los antiguos, aquellos que recibieron sus licencias del Organismo Operativo de Tránsito, en el anterior sistema, no se sometieron a pruebas sino que sólo revalidaron sus licencias. El Segip-Segelic presumió que las obtuvieron cumpliendo todas las normas.
¿Cumplía Tránsito con su Código y reglamento al emitir las licencias en el anterior sistema? Si antes era difícil responder a esa pregunta, lo es más ahora, cuando esa responsabilidad ya no está en sus manos.
Como se ve, no se trata simplemente de velocidad.