¿Y ahora qué?
Ahora es momento de entrar de lleno en la carrera electoral y la lucha de partidos. Y aunque hay todavía resabios de voces valerosas que siguen y seguirán vitoreando al espíritu moribundo del 21F, las cosas están dispuestas para tomar las riendas de la campaña política y despojarnos de la fantasía imposible de que el Gobierno desista de sus intenciones reeleccionistas.
A veces da la impresión de que ese ensayo tan raro que se llamó movimiento de las plataformas ciudadanas abortó en un proyecto fallido. Y es que, la verdad, al menos hasta donde sabemos, no pudo articularse para formar cuerpos políticos sólidos de militancia eficiente.
Hay algo que se llama practicismo y otra cosa que se llama patriotismo. Muchos piensan que aquél está reñido con éste, pero no es así. Y es que dejar atrás el 21F es lo más práctico que podemos hacer todos los que anhelamos un cambio de raíz y rápido en la política.
Es momento, pues, de ponernos la camiseta de la acción política. Despojarse de la lógica de las plataformas es un imperativo para todo aquél que quiera ser efectivo en la arena de las pugnas materiales y espirituales. Es momento de ganar la contienda y la ley en las urnas. Hay dos tareas pendientes: hacer campaña en las calles, discurseando en los auditorios y conversando de tú a tú con la población, por un lado, y formar y reunir cuadros de hombres y mujeres pensantes, que propongan y critiquen las falencias de la vida pública actual, por otro.
Entonces, la tarea de la siguiente etapa de esta república será reconstruir la política, para hacer de ella una virtud como la concibió Aristóteles. Así, a la pregunta de ¿y ahora qué?, se debería responder: Ahora es la militancia.
Licenciado en Ciencias Políticas
Columnas de IGNACIO VERA DE RADA