Las primarias, una exitosa derrota
Lo que se anota en el titular, parece una paradoja humorística o sólo un juego de palabras. En tiempos de indignación contenida, no van bien las humoradas; tampoco las palabras insulsas. Pero la realidad está nutrida de esas cosas. Hubo éxito y derrota a la vez. Una aventura mal calculada es siempre azarosa. A Jano, el personaje mítico de la doble cara, le tocó actuar en las “elecciones” del pasado domingo, y lo hizo con astuta solvencia y de mano con el oficialismo.
La aventura exitosa se basó en el Pacto de San José, pero allí no hay la palabra “indefinida”; la inventaron; leyeron lo que no está escrito. La elección por tiempo indefinido es de las dictaduras; en la democracia hay periodicidad y alternancia. Pero en esa suposición jurídica se basó la sentencia constitucional que habilitó el binomio prorroguista; la misma que sirvió de apoyo para la decisión del TSE. La falsedad se sobrepuso al precepto de la CPE y a la voluntad del soberano en las urnas. Este es el fundamento espurio de las elecciones bajo la égida del árbitro “bombero”.
Pero la “metieron nomás”. Con la eficaz ayuda de los partidos de la oposición la maniobra fue realmente exitosa. El binomio apócrifo se codea ahora en paz con los otros. Probablemente, será de la partida en octubre junto a los otros. A eso apuntaron y lograron su objetivo. En consecuencia lógica, ya no hay el 168 de la Constitución; tampoco el 21F. ¡Qué audaces! Quisieron matar dos pájaros de un tiro. Una dama que es ahora una alta autoridad en el Legislativo dijo a la prensa: ¡Cuál derrota! ¡No hay tal! Al contrario: Fue todo un éxito. Como lo de La Haya, ¿verdad?
De estos “éxitos”, el MAS sabe mucho. El de los jueces truchos, que rechazó el electorado en las urnas, fue uno de ellos. Recordemos que para disimular, hasta el gobierno dijo que eran una vergüenza, pero el TCP cumplió a cabalidad su misión para la que fue elegido. Como es cuenta con pago, los ex magistrados de 2011 son ahora altos funcionarios en alguna parte. No hay nada gratis en la política. Otro ejemplo reciente es el rol cumplido por el TSE. Es cierto que bajo amenaza, pero de antemano sabían lo que tenían que hacer o “atenerse a las consecuencias”.
¿Y la derrota? En cifras nítidas, ni un tercio votó por el binomio de marras. En los hechos, fue una ratificación categórica del 21F. Se atinó en decir que era algo así como un borrador. Ahora está más claro lo que será en limpio el octubre próximo. El electorado nacional no es tonto como le suponen. Sabe actuar con perspicacia y sabe indignarse también. Eso de hablar de elecciones cuando sólo hay un binomio inscrito por partido, y decir que así profundizaron la democracia, es un acto de mala fe. Sólo se elige cuando hay por lo menos dos opciones. Los que no asistieron, sean del lado que sean (y son los que alcanzan a un 70 %) ya decidieron. La hora del estribo ha llegado. Hay que alistar valijas para irse.
El autor es escritor, miembro del PEN Bolivia y ciudadano de la República
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