¿Intervención en Venezuela?
Gobiernos extranjeros reconocieron a Guaidó como nuevo jefe de Estado de Venezuela sin retirar el reconocimiento al Presidente usurpador. Insólito en las relaciones internacionales. Hoy, mantienen relaciones diplomáticas con dos gobiernos de un mismo Estado, sin que uno de ellos tenga el ejercicio efectivo del poder ni controle el territorio, la administración, las fuerzas del orden, y sin capacidad para hacer cumplir sus obligaciones internacionales. Lo correcto y recomendable era romper relaciones diplomáticas con el gobierno del venezolano incapaz. Cuando se reconoce a alguien que no tiene los poderes efectivos, se conduce a un callejón diplomático sin salida, que es como el que se encuentra.
No obstante, el reconocimiento a Guaidó no puede limitarse a retórica. ¿Elecciones como solución? El diálogo está descartado porque sería reconocer al bloque oficialista aun antes de empezar a negociar y puede derivar en maniobras dilatorias que ayuden a Maduro a mantenerse en el poder, como ya ocurrió. Sabemos que las simpatías internacionales, los bloqueos diplomáticos, las declaraciones de la ONU, los diálogos políticos, no derrocan dictadores. Además, la estrategia del chavismo será la habitual: ganar tiempo, desgastar al adversario y preparar el contraataque. Por otra parte, el embargo financiero de EEUU tendrá resultados en los próximos meses, Maduro carecerá de dinero para pagar los salarios y la indisposición interna se agravará.
¿Se voltearán las FFAA venezolanas? Paradójicamente, los militares son al mismo tiempo la enfermedad y el remedio, piensan que la revolución bolivariana es “militar” y que darle la espalda a Maduro implica perder las cuotas de poder político y económico que han acumulado en los últimos 20 años. No ha bastado el repudio interno, la presión internacional, la amnistía ofrecida y su fragmentación interna. Pero muchos oficiales deben estar evaluando sus apuestas.
Pero, en lo inmediato, el gobierno de Guaidó solo puede hacerse efectivo por medio de tres vías: un levantamiento militar, una insurrección civil generalizada o una intervención extranjera. Así planteado el conflicto, deciden las armas. Y las armas deciden, por hoy, a favor de Maduro, excepto por una cruenta intervención militar de EEUU con la anuencia y participación de los países americanos, solicitada por Guaidó, para que no se vea como una intervención más de EEUU en América Latina, aunque la globalización hace imposible ya el principio de no intervención, sobre todo si afecta directamente a los intereses geopolíticos de los Estados involucrados. Incluso, esta injerencia, legítima y debida, puede ampararse bajo la doctrina de la Responsabilidad de la ONU, de proteger los DDHH y librar a la población civil de un gobierno manifiestamente injusto, tiránico y corrupto.
El autor es abogado constitucionalista
Torresarmas1@hotmail.com
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