Créditos regulados y liqiudez de la banca
El Sr. Humberto Vacaflor en su artículo de opinión titulado “El Circo Bancario” resaltó el tema de que los créditos con tasas de interés reguladas de vivienda de interés social y créditos productivos son la causa de una iliquidez en el sistema bancario, pretendiendo posicionar la idea errónea de que la única medida sensata para eliminar dicho problema es la supresión de este tipo de créditos, además de descalificar el planteamiento de un posible retorno de capitales que la banca tiene en el extranjero, con comentarios poco objetivos y tendenciosos.
Al respecto, es importante señalar que los recursos invertidos en el exterior se originan en los depósitos del público en general, por lo que pensar en su posible retorno para ser intermediados y colocados en cartera de créditos, de ninguna forma es una idea absurda como trata de hacer ver el artículo.
Revisando información de ASFI, la banca dispone de US$812,5 millones invertidos en el extranjero para dos fines: primero US$213,3 millones para atender necesidades de sus clientes que realizan operaciones de comercio exterior (importaciones o exportaciones), recursos que sin duda deben mantenerse en cuentas de bancos corresponsales extranjeros, por lo que resulta claro que el retorno de capitales no apunta a esta porción de la torta.
La fracción restante (US$599,2 millones), son excedentes de liquidez que la banca no pudo colocarlos en créditos (principal misión de un banco) y que son invertidos en instrumentos financieros que se transan en el exterior para obtener rentabilidades que permiten mitigar los gasto de intereses que demandan los clientes que mantienen depósitos en estas entidades.
En este marco, cuando la banca advierte la necesidad de contar con liquidez para atender la creciente demanda de créditos, resulta totalmente razonable pensar en el retorno de esta otra fracción de la torta, más aún cuando las rentabilidades de las inversiones en el extranjero son menores a las que podrían generarse con la cartera de créditos en nuestro país.
Si revisamos cifras desde el 2005 al 2018, la cartera bruta mostró un crecimiento impresionante con cifras nunca antes vistas, pues de US$3.360 millones el país terminó registrando un total de US$23.974 millones. De igual forma, los depósitos aumentaron de US$3.711 millones a US$26.863 millones. Lo irracional, considero es asumir que estos crecimientos resulten ser un problema para el país en lugar de considerarlos como algo positivo.
Respecto a las insinuaciones de eliminar los créditos con tasas de interés reguladas, debe destacarse que estas operaciones ayudaron al logro de objetivos de políticas financieras, como es la otorgación de créditos de vivienda de interés social que benefició a 68.447 familias y la otorgación de 616.562 operaciones destinadas a créditos productivos, lo que permitió la inclusión de un nicho de mercado que antes no tenía oportunidad de acceder a un préstamo por las condiciones crediticias del pasado, hecho que además ayudó a la banca múltiple y Pyme a generar utilidades en montos nunca antes registrados, como son los casi US$1.300 millones generados entre los años 2014 y 2018, hecho que además posibilitó la ampliación de su base patrimonial gracias a la exigencia de capitalizar cuando menos el 50% de sus utilidades.
Dados los elocuentes resultados de las políticas financieras implementadas que se encuentran en actual vigencia y que están beneficiando a la población y a la banca, las insinuaciones de que deberían eliminarse los créditos regulados, desde todo punto de vista no tienen lógica.
El autor es analista económico
Columnas de HUGO BOZO OLIVARES