Cuaresma tiempo de reflexión
En las palabras de Thomas Jefferson “verdaderamente tiemblo por mi patria cuando pienso que Dios existe” ambos conceptos, Patria y Fe, se hermanan. José Martí completa el pensamiento: “La patria no es de nadie y si es de alguien será, y esto sólo en espíritu, de quien la sirva con mayor desprendimiento e inteligencia”. Viene a cuento en tiempo de encontrarse uno mismo lo de Confucio: “En un país bien gobernado debe inspirar vergüenza la pobreza. En un país mal gobernado debe inspirar vergüenza la riqueza”.
Para muchos, el Carnaval se impone por la demostración de riqueza, lujo, despilfarro que los nuevos ricos exhiben sin tapujos, trayendo a cuento “la dictadura es el sistema de gobierno en el que lo que no está prohibido es obligatorio” escrito por Enrique Jardiel Poncela en muchos aspectos un sabio, en otros un cínico.
Y hay también la sentencia de Montesquieu: “el principio del gobierno democrático es la virtud”.
Si de virtudes y defectos se trata, habría que recordarle a Evo Morales “que el odio nunca es vencido por el odio, sino por el amor”, dejó dicho Gandhi, y también que “el odio no se quita con el tormento, ni se expía por el martirio, ni se borra con sangre derramada” sentenció San Isidro tan venerado por los agricultores en la católica España.
Y esto de Stefan Zweig “y nunca el odio llega a ser tan fatal para un soberano como el general desprecio”, lo hemos visto en pleno jolgorio “Bolivia dijo NO”, sin miedo a las represalias y en el fragor de la algarabía. Muy justo eso de “si las masas pueden amar sin saber porqué, también pueden odiar sin mayor fundamento”, escrito por Shakespeare.
“La peor de las democracias es mil veces preferible a la mejor de las dictaduras”, lo afirmó Ruy Barbosa, recordándonos a Remo Di Natale cuando relataba la Leyenda del Gran Inquisidor que mostraba a los esclavos felices y su réplica de “más vale la libertad de un sólo hombre que un mundo entero de esclavos felices”. Así “el político piensa en la próxima elección, el estadista en la próxima generación”. Lo de Carlo Bini “quién no sabe gobernar es siempre un usurpador”, cala hondo cuando comprobamos el trato a los médicos (palo) y a los cocaleros (miel), recordarles lo de Niccolo Maquiavelo “El ministro (gobernante) debe morir más rico de buena fama y de benevolencia que de bienes materiales” y Solón “un estado está bien gobernado cuando los ciudadanos obedecen a los magistrados y éstos a las leyes”
El autor es periodista.
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