Abrazo al hermano mayor
Hace 100 años, respondiendo al clamor popular, Demetrio Canelas enfrentó el mayor reto de su vida periodística. Fundó “La Patria”, el 19 de marzo de 1919, periódico orureño que desde entonces no para de difundir la actualidad cotidiana del país y del mundo. Es el hermano mayor de “Los Tiempos,” también fundado por él, años más tarde, aquí en Cochabamba.
Esta es una fecha trascendental para el periodismo boliviano y latinoamericano. “La Patria” cumple un siglo de vida institucional. Ingresa al periodo de los periódicos longevos, de los que conocemos solo dos en nuestro territorio, de los poco menos de tres mil cabeceras que según inventarios oficiales se editaron desde el comienzo de la república; el decano “El Diario” y el subdecano “La Patria,” como suelen nombrarles en el mundo periodístico.
¿Qué hace que sean longevos, ante todo sabiendo que es complicado y complejo sostener periódicos, asediados a diario por las oscuras manifestaciones del poder, ante todo políticos? Sin duda, el tener al frente de ellos a familias de gran vocación periodística, manteniendo su ideario y conociendo con claridad el difícil reto de sustentar empresas de esta naturaleza.
Su fundador, Demetrio Canelas, tenía muy clara la razón del emprendimiento al fundarlo, lo mismo que don Enrique Miralles Bonecarrere y don Cristóbal Molina, que le sucedieron en la propiedad en la década de los años 40 del siglo pasado. Había que responder con responsabilidad a ese clamor popular que, días antes de su primera salida, coreaba en la plaza de Oruro la necesidad de contar con un periódico, no solo para informarse, sino para insuflar el espíritu de bolivianidad y el anhelo por nuestros territorios usurpados por Chile en esa invasión de 1879.
La historia dice que la fundación de “La Patria” tiene lugar en aquel contexto político, cuando el gobierno estadounidense se pronunció a favor de la revisión de los tratados que cercenaban territorios en razón de triunfos bélicos. Estaba fresco el recuerdo del injusto tratado de 1904 por el cual se decía que los territorios marítimos bolivianos pasaban a manos chilenas. El pueblo se reunió en la plaza de Oruro para reivindicar los derechos sobre la salida al mar. Para dejar escuchar su voz, pedía contar con un periódico, y al que le dio nombre. ¡Que se llame “La Patria”!, coreaba la muchedumbre, cuenta la historia. Fue la decisión cívica canalizada por Demetrio Canelas y un orureño patriota Enrique Collazos, que ofreció su imprenta para imprimirlo.
Muchos hitos fueron marcados por ese periódico bajo inspiración de sus primeros propietarios, como la institucionalización del gremio de los periodistas y de los propietarios de periódicos. Junto a su hermano, Julio César Canelas, Demetrio organizó el primer congreso de estos sectores, para sentar las bases orgánicas del periodismo boliviano y reclamar por muchas reivindicaciones, como la equitativa distribución de papel para los periódicos, que monopolizaba el Estado en su importación, por tarifas a coste postal para el envío por ferrocarril de periódicos. El periódico alentaría la fundación del “Círculo de la Prensa,” que llegó a ser con el tiempo la actual Asociación de Periodistas de Oruro. Cobijó en su seno la fundación del Sindicato de Trabajadores de la Prensa de Oruro allá por 1960, como Comité Sindical.
A falta de academia, fue escuela en la formación de periodistas que permanentemente recalaban en periódicos de la sede de gobierno una vez formados. Uno de ellos, el premio MacLuhan de periodismo, Luis Ramiro Beltrán, de quien Rafael Peredo, fallecido editorialista, recordaba con inmenso cariño, haberle tenido como a su principal redactor cuando era Jefe de Informaciones de La Patria.
Es un verdadero periódico del pueblo, muy proletario. Lo decimos por lo tesonero que demuestra ser, por su perseverancia, su afán laborioso de todos los días, su identificación con los intereses del pueblo boliviano, con el ciudadano de a pie. Ha sido siempre de esa manera, desde hace 100 años. Hay que ver a “La Patria” de ‘overol’ con las manos callosas y la cara tiznada de brea. No se muestra opulento, sino más bien como un periódico sencillo, de firmes convicciones, sólido en sus posturas, nada de doblez, como fue desde el primer día de su aparición. Felicidades a la familia Miralles Iporre, que ahora conduce los intereses de ese gran periódico.
El autor es periodista
Columnas de JAIME D’MARE C.