Casas de moneda
La Sociedad de Investigación Histórica de Potosí (SIHP) está viviendo los días más intensos de su corta existencia.
Luego de haber propiciado la recuperación de los restos del escritor Carlos Medinaceli y el rescate parcial de la casa de Armando Alba, se involucró en un proyecto que no avanzaba desde hacía siete años: la transferencia de la primera Casa de Moneda a la Fundación Cultural del Banco Central de Bolivia (Fcbcb).
El adjetivo “primera” hizo arquear algunas cejas. “¿Acaso hubo más de una?”, me preguntaron más de una vez y la respuesta fue invariable:
En su visita a Potosí, en 1572, el virrey Francisco de Toledo mandó construir las lagunas artificiales, la ribera de los ingenios y una casa de moneda. La ceca funcionó 200 años, desde 1573 a 1773, cuando fue reemplazada en su tarea de amonedación por un segundo edificio, más grande y majestuoso, que es el que conocemos ahora.
Desprovisto de su función original, el edificio sirvió después para el Banco de Rescates San Carlos, la Aduana Nacional y Banco Nacional de Rescates; sin embargo, cuando la segunda Casa de Moneda dejó de acuñar, en 1906, paralizó toda actividad.
Estaba en estado ruinoso cuando la Prefectura de Potosí lo mandó a refaccionar, en 1915, cuando lo entrega a la Corte Superior de Justicia.
De entonces a la fecha, el edificio está en manos del Órgano Judicial. Las gestiones iniciadas en 2012 por los entonces diputados Juan Carlos Cejas y David Cortez para su transferencia a la Fcbcb habían fracasado debido a que los judiciales exigían una compensación.
Las cosas cambiaron cuando la SIHP encontró dos documentos desconocidos: las escrituras públicas 40 y 42 de 1915 que demuestran que la Prefectura de Potosí nunca resignó su derecho propietario sobre el edificio. A eso se sumó la voluntad política expresada por la delegada política del presidente Evo Morales, Nélida Sifuentes; el gobernador Juan Carlos Cejas y el presidente de la brigada parlamentaria, David Ramos, pues la transferencia ya está en curso mediante un proyecto de ley que fue presentado en la Cámara de Diputados.
La intención es que, una vez transferido, el edificio sea devuelto a su condición original por una razón elemental y poco conocida: todo el opulento pasado de Potosí, el de las monedas de circulación mundial, de esclavos africanos trabajando en las hornazas y de increíble abundancia de plata de alta ley corresponde a esta Casa de Moneda y no a la que conocemos todos.
Vamos, entonces, en procura de rescatar esa historia para exhibirla al mundo.
El autor es periodista, Premio Nacional en Historia del Periodismo.
Columnas de JUAN JOSÉ TORO MONTOYA